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Rafa Huertas (Málaga, 1984) ha dado esta temporada el salto definitivo a la ACB -en la 2003/04 disputó un partido con Unicaja-, de la mano del Menorca Bàsquet y Paco Olmos, con el que coincidió en el Melilla, y hasta la fecha está cumpliendo con buena nota en los 18 minutos que está promediando por partido, anotando una media de 4,2 puntos. Lejos aún de su mejor nivel y en pleno proceso de adaptación a una categoría y un ritmo de baloncesto nuevos para él, apuesta por el trabajo y el espíritu de equipo para acabar cuanto antes la racha negativa de tres derrotas consecutivas y lograr el objetivo a final de curso que no es otro que la permanencia.

¿Qué valoración hace hasta el momento de su 'debut' en la ACB?
Llevo una progresión como todo el equipo, la mayoría es gente nueva, con poca experiencia en esta liga e intentamos trabajar mucho. Cambia un poco la forma del baloncesto con respecto a la LEB, por tanto estoy adaptándome, sobretodo mejorando físicamente, conociendo bien a mis compañeros y la forma de jugar, que es un poco más fácil porque a Paco (Olmos) ya le había tenido y sabía como era.

Está disfrutando de bastantes minutos en pista, ¿se lo esperaba?
Siempre te dicen más o menos el rol que vas a tener en el equipo y sabía que iba a disponer de minutos. El caso es aprovecharlo y hacerlo cada día un poco mejor. Con el paso del tiempo tanto yo como el resto de mis compañeros vamos a estar mucho más metidos en el juego. Hay días que se juega bien y días que se juega mal, evidentemente, como en cualquier trabajo pero la adaptación en el juego va a ser un poco más larga que los demás equipos.

Ante el Caja Laboral jugó un tiempo como base, ¿qué tal se encontró en esa posición?
Estuvimos Raviv (Limonad) y yo subiendo el balón, tampoco es que juegues de base, subes el balón y organizas un poco el equipo. Me encontré bien, hacía mucho tiempo que no hacía de '1' pero si hay que ayudar al equipo y echar una mano, no me supone ningún problema.

¿Cree que esto le puede afectar al segundo base natural, Miki Servera?
Creo que no, Paco lo explicó bien en rueda de prensa. Era un partido muy difícil para un chaval que está empezando, necesita un período de adaptación mayor al de los demás y hay que protegerlo un poco. No tiene porque influirle, seguro que el domingo va a disponer de sus minutos, es un tío que trabaja bien y seguro que al final le saldrán buenos partidos.

¿Qué opina de los comentarios sobre la falta de aportación del banquillo?
El problema del equipo tampoco es el banquillo. Los partidos que han sido buenos o malos ha sido cuando la gente ha estado bien o mal, no creo que haya tanta diferencia entre la gente que juega y la que no. Somos un equipo y lo estamos demostrando por encima de todo, cuando todos estamos bien es cuando el equipo tiene opciones de ganar.

¿Cómo describiría la marcha del equipo tras el primer cuarto de competición?
No hay que ser conformistas en esta liga porque es muy difícil. Ha habido partidos que se podían haber sacado y quizá ahora en vez de tres victorias estaríamos hablando de cinco o seis y estar entre los ocho primeros de la liga. Se podría haber sacado un poco más y hay que pensarlo de forma crítica, saber los errores que hemos cometido, por qué no ganamos esos partidos y que no vuelvan a pasar en el futuro.

¿Qué futuro le aguarda al equipo?
Es muy importante ganar algún partido ya. Llevamos tres seguidos perdidos y encadenar derrotas seguidas no es bueno para la cabeza del equipo. Ahora tenemos una buena oportunidad contra el Zaragoza, que es un rival de nuestra liga, y es fundamental ganar, que la gente se sienta bien, romper esa racha e ir a Valencia con la cabeza despejada. El domingo vamos a ganar, seguro.

¿Cómo analiza al próximo rival, el CAI Zaragoza?
La estructura de juego es muy parecida a la del año pasado en LEB, tiene el mismo entrenador, los tres o cuatro jugadores referencia son los mismos, se han reforzado bien en algunas posiciones pero el estilo es el mismo, sobretodo por el entrenador, que es el que marca la forma de jugar. Es un equipo que necesita anotar para sentirse bien, de marcadores altos, lo cuál nos viene muy bien porque somos un equipo que para ganar necesita dejar al rival en pocos puntos. La clave va a estar en que nuestra defensa sea fuerte, en que nos agarremos a la pista como siempre en nuestro pabellón y llevemos el partido a cincuenta o sesenta puntos, ahí los podemos ahogar.

A nivel personal, ¿qué tal está siendo su adaptación?
Bien, en la Isla se vive mucho el baloncesto, la gente viene al pabellón pero no a sentarse como al teatro, anima y se lo pasa bien y eso nos llega. Es un sentimiento bastante bonito, siempre tenemos ganas de jugar en casa porque el calor de la gente es bastante bueno. La Isla está bien, es un lugar muy cómodo para vivir y para jugar a baloncesto, para estar centrado con la familia. El equipo es lo que se ve desde la grada, tiene buen rollo, nos llevamos bien, la base española nos conocemos de hace tiempo, los extranjeros, como yo digo son 'españolizados' porque son gente que lleva tiempo en España o que intenta hablar español, y así es muy fácil. Tenemos buena relación fuera del campo y cuando las cosas vengan mal eso nos va a ayudar a enderezarlas.