Construido en 1909, coincidió con el mítico 'Titanic' - Javier

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Menorca sigue siendo el escaparate perfecto para los mejores barcos de época de todo el mundo. Si el año pasado fue el escenario escogido por el 'Eilean' (construido en 1936 y restaurado en 2009) para debutar en una competición, este año ha sido el 'Hispania', perteneciente a la Fundación Isla Ebusitana, el que ha recalado por primera vez en la Isla para participar en la Copa del Rey, precisamente cuando se cumplen cien años desde la última vez que tomó parte en una competición.

La embarcación, de 31 metros de eslora, 450 metros cuadrados de velamen y con una velocidad máxima de nueve nudos, esta considerada una de las mejores en su clase y fue construida en 1909 en los astilleros Karrpard, en Pasajes, por el ingeniero William Fife III por encargo del Rey de España Alfonso XIII, junto a otras 22 unidades, entre ellas el 'Mariska', también presente en la Isla, o el 'Tuiga', del Duque de Medinaceli.

Éste velero de competición se reconstruyó en Escocia y tras evitar una segunda convocatoria de subasta al llegar a un acuerdo las fundaciones Hispania y Ebusitana -entidad dedicada a la restauración de barcos históricos-, que se comprometió a restaurarlo, se terminó en Palma, surcando las aguas nuevamente desde el pasado mes de abril y con tres regatas de bagaje antes de afrontar la cita menorquina.

El barco, uno de los cinco que compite con bandera española y que cuenta con 20 tripulantes, cinco de ellos insulares, es conocido además por compartir las primeras millas de salida del puerto de Southampton con el Titanic, cuatro días antes de que éste se hundiese. Con él han llegado el 'Sadko' y el 'Isla Ebusitana', cuyo armador también es la Fundación Isla Ebusitana, dos goletas de 1800 y 1856 respectivamente.

José Rabadé, presidente de la Fundación Isla Ebusitana y armador del 'Hispania', afirma sobre el barco más antiguo de regatas que "se merecía éste paseo y poder estar en la Copa del Rey, lo que supone un orgullo para nosotros" y que el objetivo "es competir y ganar algo", aunque esto último deberá esperar ya que ayer protagonizó la nota negativa de la jornada al ver como se rompía el mastelero (la parte más alta del palo que sobresale de la proa), lo que le obligó a retirarse.

A pesar de este suceso, la embarcación podrá seguir siendo contemplada en la exposición en que se han convertido estos días los pantalanes del Club Marítimo de Mahón, un velero con mucha historia y que en su momento acogió toda la realeza del momento.