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Amigo lector, te voy a contar un secreto. Ahora que parece que a España no le va demasiado mal en el Eurobasket, a lo de ayer se podría calificar de 'paliza', abordaremos la parte menos visible de esta competición y, para qué negarla, más simpática si uno da rienda suelta a su imaginación.

La verdad, yo me imagino a Sergio Llull y a Marc Gasol compartiendo habitación en Lituania como lo harían dos jóvenes del montón, hablando de sus cosas, intercambiando los cromos que les entra con la merienda, enseñándose fotografías del Facebook y haciendo lo que hacemos todos los que no contamos ni con un apellido que mola tanto como el 'Llull' ni la cuenta corriente de uno de los "Gasoles".

Pero la escena no deja de ser cómica. 'Oye, Sergio, ¿te has cepillado los dientes?'. 'Sí Marc, y tú, ¿has llamado a tu madre para decirle que estás bien y que te terminas la ensalada?'.

Y como son jóvenes, mintiéndose el uno al otro, claro.

A veces a uno le entra la curiosidad de saber qué pasa dentro de la habitación, de ver cómo administran el tiempo libre dos figuras del baloncesto como ellos. Porque seguro que hacen alguna broma como la de llamar a la habitación de Pau Gasol y Juan Carlos Navarro y colgar antes de que les dé tiempo de cogerlo. Lo hemos hecho todos en algún viaje con los colegas, así que no me extrañaría.

El momento de irse a dormir debe ser encomiable. Marc y sus 215 centímetros 'encajado' en una cama de las de toda la vida, de dos metros por metro y medio. En el mejor de los casos, claro. Seguro que Sergio, bien arropado, le pide a Gasol que le cuente cosas de Memphis, de la NBA, de lo que se siente jugando un All Star o lo de tener a un hermano luchando por colgarse el cartel de 'Mejor jugador del mundo'. Aunque debo puntualizar que en esto, el mayor de los Llull no se puede quejar porque Iván, aunque no triunfe en Los Lakers, también va para figura, al menos como persona.

Pero a esa hora el que habla no es sólo Big Marc. El catalán, con los ojitos del que se emociona, seguro que le pide al de Maó que le cuente cosas de Menorca. De sus calas, de su gente, de sus fiestas. Seguro que a Llull no se le ha pasado por alto que estos días han sido las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia.

Recuerdo a Pau Gasol en uno de los miles de anuncios que protagoniza en el que afirmaba que "ser español no es una excusa, es una responsabilidad". A mí me entran unas ganas de contestarle, "oye y que tengáis a un menorquín en el equipo no es casualidad, es un privilegio". A ver si al menorquín 'and company' les sigue yendo todo de lujo y en una semana tenemos a un paisano que repite como campeón de Europa absoluto.