Los Island Games no se tocan

En líneas generales, la consellera de Turismo, Salomé Cabrera, indicó que la medida no ha de afectar a los servicios que presta la Fundació y asegura que "confía plenamente en el equipo" que quede tras aplicar el ERE. Normalmente, para los temas relacionados con los IGA Games se han dedicado hasta ahora exclusivamente dos empleados de este organismo.

La Fundació Destí tiene entre sus cometidos la gestión de la participación local e internacional de los IGA Games, una organización cuya participación el Consell Insular reconoce implícitamente como "apuesta estratégica" para la Isla, con el doble objetivo de tener un escaparate promocional turístico de la marca "Menorca" entre las islas mayoritariamente anglosajonas que engrosan IGA International y, por otro lado, en una probable consecución de Menorca como sede de unos Island Games -no antes del 2019-, con todo lo que ello comportaría de movimiento económico, con la celebración de un evento de nueve días de duración que sería el mayor celebrado nunca en la Isla.
A pesar de la garantía expresada desde el Consell, no se olvida que la situación económica, en general "es grave" y que "habrá que adaptarse como se han de adaptar otros ámbitos", con lo que "la Fundació seguirá y seguirá la apuesta por los Island Games".

Desde la inclusión de Menorca en esta organización internacional, el Consell ha procurado que el capital privado supere ampliamente el público, y esa premisa se ha mantenido, independientemente del color político que imperara en el Consell, en proporciones cercanas al 70 u 80% de aportaciones de patrocinadores de empresas de la Isla, dejando un 20% de capital directamente aportado desde el Consell. En total, los presupuestos se han movido entorno a los 400.000 euros en la época de "vacas gordas".
Todo junto se reúne en presupuestos bianuales, que es la periodicidad en la que se establecen las celebraciones de estas "Olimpiadas de islas". Las partidas se dividen en el año de preparación y clasificaciones deportivas y en el año de la competición propiamente dicha, en la que se incluyen los operativos y el viaje. Un viaje que, en parte, también es sufragado por cada deportista que es seleccionado para participar y que, en plenos recortes, obliga al Consell a hacer un estudio para optimizar el número de participantes la expedición para la edición de las Bermudas.