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Cuesta digerir el anuncio fatídico del Club Volei Ciutadella, más si cabe, cuando a medida que pasan las horas, la determinación de la junta no ha obtenido otra reacción del Govern Balear que un lacónico lamento por la pérdida del equipo bicampeón de la primera liga profesional femenina de España. Lejos de que el comunicado de la directiva estuviese conectado a una habitual medida de presión que tan bien han sabido establecer otras entidades, los hechos parecen concluir que la desaparición de las campeonas va en serio.
Si es así, estamos ante la noticia más descorazonadora en la historia del deporte insular. Si un club estricto en órdenes deportivos, administrativos y económicos tiene este final, ¿qué podemos esperar del resto?

Aquí, en el CVC, no ha habido una administración de recursos temeraria que le haya conducido a una situación de rescate. No existe, que se sepa, una deuda generada que hipoteque el futuro, sino que se trata de un incumplimiento del compromiso firmado y adquirido por el Govern Balear, fundamentalmente, que bloquea su continuidad a corto plazo. La ausencia de liquidez que proclama la Conselleria d'Esports del Ejecutivo debería poder neutralizarse, en parte, con otros mecanismos financieros al alcance de una institución como la CAIB que evitaran esta desaparición inducida. Hace apenas un mes, aparecieron, por decreto, 120.000 euros para dar viabilidad a dos competiciones internacionales de vela en Palma, por ejemplo.

En todo caso, vista la naturalidad con la que el Govern ha encajado la retirada de un club modélico y acumulador de éxitos nacionales para el deporte balear, no parece que esté por la labor de arbitrar otra solución como le reclaman desde el Consell Insular de Menorca, cuyos responsables ya publicitan su abierta discrepancia con el Ejecutivo. Mal asunto. Al CVC le queda la fuerza de su afición, que debe hacerse oír, la defensa de sus dirigentes y la constancia de los políticos de esta Isla para que perciban solo lo que les habían prometido por escrito.

¿Es este el principio del fin para el deporte de élite en Menorca? Después de los etéreos compromisos de Carlos Delgado con el Menorca Bàsquet, la renuncia del CVC puede ser un argumento más del que eche mano el Ejecutivo para evitar agravios comparativos en adelante y eludir la responsabilidad que le atañe en ambos proyectos deportivos. Bien harán en Bintaufa poniendo sus barbas a remojar por la que les puede caer encima. ¡Qué triste!