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No es extraño encontrarse periódicamente por la Isla con el actor Santi Millán. El pasado día 13 de septiembre cumplió 44 años y el próximo domingo será uno de los participantes de la ExtremeMan 113 Menorca Illes Balears de Fornells, prueba para la que se ha estado preparando con alegría y a conciencia. Lo tiene todo controlado.

Señor Millán, hay que ver cómo nos complicamos la vida...
¡Qué va, si estoy hecho un chaval!... Bueno, sí... A la vejez viruelas... Pero, en serio, a la medida que vas madurando, las pruebas de resistencia van mejor... O eso espero.

¿Está seguro? Me parece cansado apenas lo oigo...
A ver, lo que se pierde es explosividad, necesario en pruebas de velocidad. Pero la resistencia física aumenta. Eso me han explicado, ya te lo diré.

¿Cómo le dio por esto? ¿Siempre ha practicado deporte?
No, es lo típico. Hasta los quince o así jugaba en un equipo de baloncesto y hacía atletismo. Luego comencé con el teatro lo dejé un poco porque trabajaba descargando camiones y ya tenía bastante. Y después, ya con eso que dicen la crisis de los 40, me dio por alquilar una bicicleta en verano y me gustó tanto que mi mujer me regaló una en Navidad. Y Josef Ajram, un experto en triatlones y competiciones de larga distancia, me asesoró y me fui metiendo con un grupo de amigos.

Se metió tanto que este verano ha estado en el Sáhara pedaleando bajo un sol de justicia.
Primero me apunté a una competición de ultradistancia en Catalunya. Allí conocí a un señor que me comentó lo de la Millenium Titan Dessert, una de las pruebas de bici más extremas, brutal. Una gran experiencia. Y mediante Ajram, con la gente del Reto InmunActive, surgió lo de hacer la Extreme de Menorca... Y como soy un inconsciente, dije que sí.

Bueno, ahora que estamos en plan irónico, supongo que una cosa es hacer un poco de footing por la mañana y otra meterse en una triatlón...
(Risas) Y tanto... Pero es que si te pones, te pones. Ponerte "pa ná" es tontería... Te das cuenta que si no haces una triatlón, no eres nadie... Eso de ir por la mañana a correr un poco... Te tienes que poner en una marathón, o una triatlón... a lo grande (risas).

Quizá sea así, pero compruebo que va muy bien asesorado con un muy buen especialista en la materia.
Es cierto, y he tenido mucha suerte. La finalidad del Reto InmunActive es concienciar a la gente de que puede hacer lo que se proponga, pero con cabeza y preparación. Los tíos somos mucho de hacer las cosas "por mis huevos", de apuntarnos a cosas pensando que es nada... Una maratón la semana que viene, ¡venga!. Y esto no es tan fácil, puedes hacerte daño. Nosotros queremos explicar eso, que hay que prepararse bien, con entrenamiento y con cuidado, y entonces, sí que puedes.

Incluso en algo tan físico hay un aprendizaje.
¡Es así! Mira, hay cosas que yo desconocía. Y gente que se entrena habitualmente lo mismo. Por ejemplo, cuando entrenas intensivamente y con continuidad, las defensas del cuerpo bajan. Normalmente se tiene la sensación de que hacer deporte es saludable, y lo es, pero cuando es muy intenso, bajan tus defensas y puedes caer por un resfriado, una simple gripe...

Estar bien asesorado, por ejemplo en temas de entrenamientos específico o alimentación, deben ser cosas importantes.
No se puede descuidar. Por ejemplo, me recomendaron el InmunActive y vas más fuerte que los toros bravos (risas).

Ya, ya, pero usted lleva 15 semanas de entrenamiento para llegar bien a Fornells...
Quince no, ¡dieciocho! No me quites mérito....

O sea, que el entrenamiento debe ser tan cansado como la prueba...
¡Es más duro que la prueba! El día que compites en el fondo es un día lúdico. Viajas, te encuentras con la gente, tienes la adrenalina del momento y, dentro de lo que sufres, es divertido. Pero la rutina del entrenamiento... Es levantarte pronto, combinarlo con la vida profesional, con la familia... Es robarle horas al día para prepararte, y entre una cosa y otra, es un mínimo de tres horas diarias.

¿Usted tiene la disciplina y constancia necesarias?
Sí. Es que si lo dejas, la cagas. Lo más importante es ser honesto desde el principio, porque eres tú el que sufres o disfrutas. Si a los diez minutos de empezar ves que aquello no va, déjalo. Pero si te pones y vas poco a poco, a tu ritmo, y finalizas tu objetivo, la satisfacción personal es tan grande, que compensa todo. Es muy gratificante y te empuja a seguir. Este verano, por ejemplo, que ha hecho estos días tan duros de calor... Salir a correr ha tenido mucho mérito.

Usted es un habitual en la isla y más o menos conoce el terreno. ¿Qué sabe de la prueba?
Conozco la zona, y este verano hemos hecho varios recorridos... He buscado algún atajo por si acaso (risas)... Pero no he tenido suerte... No, en serio, es una suerte poder participar en Menorca.

La subida a la Torre es durísima...
Uff... Lo sé, lo sé... Es corta pero muy intensa. El recorrido de la bicicleta también tiene un par de momentos de subida que son bonitos para sacar el hígado (risas) Y la bahía de Fornells es preciosa pero espero que no haya medusas...

Algunos de los participantes menorquines de la Extreme de este año comentan que lo bueno no es querer ganar o llegar de los primeros, sino conseguir acabar la prueba.
Totalmente cierto. Está claro que no es el hecho de ganar. Eso es algo reservado a los elegidos. La lucha es contra uno mismo, y sobretodo es mental. En larga distancia la cabeza te dice "basta, qué cojones haces". Pero quieres acabar, con dignidad. Y es una gran satisfacción.

¿Se nota como una especie de 'comprensión' entre los participantes?
Estoy seguro que ése es el motivo por el que hay tan buen rollo. No compites contra el otro. Compites contra tus propios límites. Y el otro igual, y lo entiende. Josef Ajram me decía que si llegas el último, no te tienes que sentir frustrado. Debes pensar que hay muchos más que ni siquiera lo han intentado. Ni se apuntaron. Tú has tenido el valor, y la acabaste.

¿Por cierto, cómo fue lo del Sáhara?
Es algo absolutamente recomendable. Aunque es cierto que es una prueba extremadamente dura. Son seis días por el desierto haciendo ciento y pico kilómetros cada día y sumando en total 700. Son 400 personas viviendo en campamentos en medio de la nada, en un desierto... Tener el privilegio de ir en bicicleta por parajes espectaculares es algo apasionante y muy guapo. Vale la pena. Y hay que entrenar, pero con un entreno óptimo y bien asesorado, se puede hacer. Yendo con cabeza, de menos a más, poco a poco, se hace. Compartiendo cosas con la gente de tu nivel.

¿Y en casa, qué le dicen?
Tengo la suerte que mi mujer me apoya, y le gusta. Pero es cierto que es un cambio drástico. Sabe que durante tres horas diarias no estoy. Pero ella ve que lo paso bien y lo compatibilizo con lo demás.

¿Y el trabajo?
El problema y la ventaja que tengo es que mi trabajo no es rutinario. No tengo un horario fijo. Es difícil organizarme porque cada día es diferente. Pero siempre tengo un agujero para correr.

Y el fin de semana descanso ¿eh?.
Tengo mucho trabajo. No me puedo quejar.

¿Cuándo llega a Menorca? Todavía hay gente que se acuerda de su pregón de Fiestas de Maó hablando de Ciutadella...
Llego el viernes... ¿Lo del pregón? Ya, ya... Supongo que algunos no lo recuerdan por algo bueno... Pero deben pensar que es una cuestión de sentido del humor. Yo me río de mi mismo primero, y en Menorca estoy como en casa.