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Lejos de polémicas, o 'lejos del mundanal ruido', apelando al poema tan socorrido de Fray Luis de León, la plantilla del Valeriano Allés sigue con su trabajo de pretemporada para encontrar el tono adecuado tanto en el aspecto físico como en el táctico, en un colectivo que, además, cada día debe conocerse un poco mejor porque todas sus componentes son nuevas.

Entre ellas, franca y directa, aunque risueña, la central cántabra Irene Cano (Laredo, 1985). Procedente del desmantelado equipo de la Universidad de Burgos, en su nueva etapa en Ciutadella debe ser importante en tareas defensivas, aunque el entrenador Bep Llorens quiere más. "Es muy importante en la defensa en la red con su bloqueo, pero quiero que ataque", aseguró el pasado agosto el técnico.

Y en ello está Irene. "La primera semana de entrenos tenía agujetas, pero ahora ya voy bien... Vamos cogiendo forma", dice entre risas, reconociendo que "Bep es exigente, pero es algo que está bien. Su planteamiento es progresivo y estamos todas al mismo nivel".

Eso a nivel físico, porque a nivel de estrategias y tácticas, el entrenador está muy interesado en que el equipo tenga su punto fuerte en la defensa. "Si, realmente nos insiste mucho en ello. Debe ser una de nuestras armas y creo que poco a poco estamos asimilando lo que quiere. Todavía no estamos a tope, pero lo estaremos".

La temporada oficial empieza el día uno de noviembre con la Supercopa. Dos días después y también ante el Haro, en su pista, llega la Superliga. Irene piensa que el equipo llegará en condiciones óptimas. "Espero que sí. Nos queda un mes de preparación, y el estreno es ante uno de los fuertes. El Haro ha fichado muy bien, pero hay que jugar. Veremos", afirma convencida, aseverando que "es pronto para saber qué papel jugaremos esta temporada. Pero tengo buenas sensaciones. Creo podemos estar ahí. No tenemos la plantilla de otros años, pero trabajando, podemos dar guerra". De lo que ha podido ver hasta ahora de sus compañeras, "todas me resultan válidas porque todas aportamos algo", aunque "quizá las más fuertes sean Solokina, Rese y Sheila. Tienen un plus con su experiencia".

En su momento Esther Marquès hablaba de entrar en la Copa. Irene está de acuerdo. "Sí. Teniendo en cuenta que se meten seis... Deberíamos meternos ahí. Todo está por ver, pero es el primer objetivo a marcarse. Y a partir de ahí, cuanto más, mejor".

Nuevo equipo, nuevas compañeras, salvo Danira, que también viene de Burgos. ¿Sensaciones? "Son diferentes a las que tenía en el UBU. Ahora mismo debo decir que estoy muy contenta aquí. Me han recibido muy bien. El club es muy serio, organizado. Es la fama que tenía en la Superliga. Trabajan bien y me gusta... y el trato con las compañeras es genial... En Burgos también estuve bien, pero es diferente... Me siento mejor", afirma sin querer ahondar en las diferencias con su anterior club, que ya no compite en Superliga.

Hay algo que a Irene le llama la atención. "Veo que aquí los medios de comunicación hacen un seguimiento muy importante al Valeriano Allés. Nos lo dijeron en el club, que estáis muy encima. Eso sí que es muy diferente a Burgos. Allí salíamos en el periódico de uvas a peras... Pero creo que eso es bueno para fomentar el volei. Estamos encantadas".

Irene comparte piso con Rese McNatt y Danira Costa. "Estoy muy a gusto. La relación entre nosotras es perfecta", y de la isla, asegura que "me encanta. Me gusta el clima, las calas... Me han dicho que en invierno el tiempo es terrible, con viento y eso, pero no me asusta. Yo soy del norte. Siempre que tenemos un rato libre, nos vamos a alguna cala. Me encanta Macarelleta".

No tan encantada está con la última polémica del club. "No, no entro en eso. No me corresponde hablar de ello". Sí se atreve a pedir a la gente "que venga, que nos anime, que se abone. No se arrepentirán".