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Paco Vallejo ha arrojado el rey sobre el tablero para buscar un tiempo de asueto que no es lo mismo que rendirse. El deportista menorquín más célebre de la historia junto al baloncestista Sergio Llull, ha caído en el desánimo y en una cierta tristeza tras su derrota en el Grand Slam, en Bilbao, frente a Serguei Kariakin. Esos fueron los argumentos que esgrimió el pasado sábado cuando sorprendió a los presentes y anunció en Facebook su retirada temporal del ajedrez de alto nivel, respetando los compromisos firmados con sus clubes en España -Sabadell-, Alemania -Baden Baden- y la participación ganada para la próxima Copa del Mundo en el verano de 2013.

El anuncio es inesperado sólo hasta cierto punto considerando que son más de dos décadas, toda su vida en la práctica, las que acumula el todavía joven ajedrecista de Es Castell desde que decidió dirigir su existencia hacia este juego ciencia. Tenía entonces 11 años cuando abandonó la Isla para marchar al Centro de Estudios Marcote, en Vigo. Habiendo alcanzado la treintena el pasado 21 de agosto, 'Paquito' Vallejo precisa un reseteo en su vida después de coleccionar alegrías, no pocos sufrimiento y también decepciones.

Clasificado en el número 50 del ranking mundial, muy por debajo del que él mismo esperaba hace unos años ("tengo talento para estar entre los cinco mejores", había declarado), Vallejo es hoy un profesional hecho a sí mismo pero quizás hastiado de tanta exigencia.

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