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Que sí Miguel que voy a pagar no te preocupes, que tu realismo-pesimismo propio de algunos culés se ha cumplido de nuevo.

Creo que el primero lo pagué en pesetas cuando un café costaba unas 90 pesetas y no 200 como cuesta ahora. Si no recuerdo mal fue allá por el año 2000 cuando parecía que el fin del mundo llegaría en forma de caos informático, incluso el gobierno montó un gabinete de crisis por si de repente todos los ordenadores se volvían locos y el mundo se hacía ingobernable, nada pasó.

Igual se cierra un círculo, porque pagué el primero en pesetas con un posible fin del mundo cibernético y ahora tengo que pagar el último en euros con un posible fin del mundo apocalíptico según un calendario maya.

No me gustan los juegos de casino pero realizar una pequeña apuesta simbólica le da vidilla a un reto y más si es deportivo y lúdico.

Siempre surge de la misma manera: un madridista o un culé te comentan lo mal que va el Atlético, que no levanta cabeza y bla, bla, bla, o de tan en tanto, como este año, que si estáis a ocho puntos, que si estáis jugando muy bien, que si tenéis cuatro títulos europeos ganados en tres años, que si el Cholo por fin a hecho equipo y bla, bla, bla; a uno se le calienta la boca y se juega un desayuno a que este año le ganamos al Real Madrid en su casa.

Pues ya van trece, trece cafés con leche, trece tostadas o bocadillos completos, trece zumos de naranja, porque yo no sé qué desayunan normalmente mis rivales deportivos pero cuando me toca pagar a mi no se privan de nada, un año incluso me tocó pagar un desayuno inglés completo con su bacón, sus judías en salsa de tomate y sus dos huevos fritos, acompañados de café y tostadas, aquel año me acorde del famoso anuncio y me pregunté : "¿Por qué sigo siendo del Atleti ?".

Las risas prepartido, el disfrute de ver a más de 20.000 seguidores rojiblancos apoyando al equipo en un entrenamiento, el saber que a pesar de la derrota seguimos a cinco puntos de nuestro eterno rival, la satisfacción por no perder la ilusión y no dar por perdido el partido antes de jugarlo, y la ocasión de compartir charla y café con un amigo (aunque me toque pagar a mí), hacen sin duda alguna que ya esté buscando alguien para el 2013 y jugarme de nuevo un desayuno a que por fin le ganamos al Real Madrid en su campo.
Y ante lo fácil que parece que vuelve a perder les recuerdo, queridos lectores, que hubo un tiempo en que se creía que todos lo cisnes eran blancos, nadie había visto jamás uno negro, pero el cisne negro apareció y dejó a los científicos boquiabiertos. Prometo hacer un artículo con foto al primer amigo aficionado al fútbol que me tenga que pagar un desayuno, será mi particular cisne negro.

Y mientras ese momento mágico llega, que llegará, a seguir disfrutando, porque el deporte me da diversión y sonrisa, nunca me la quita, por eso soy del Atleti.