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Apodado 'el maestro', Epifanio Medina Olmedo (San Antonio, Paraguay, 1946) es, posiblemente, el futbolista más dotado técnicamente que ha pisado Menorca en la historia del fútbol insular.

El golpeo de balón, su conducción y el efecto con el que distribuía el esférico en el centro del campo fueron una maravilla para la vista según recuerdan los aficionados más veteranos que lo vieron manejarse en aquél Atlètic de Ciutadella triunfal de los años 70. De ahí ese sobrenombre.

Convertido en entrenador, ha sido el único estratega del banquillo que ha hecho campeón de Tercera División a un equipo menorquín, el Sporting (1986-87), y subcampeón al Alaior (1989-90). Ya en los banquillos también hizo una incursión en el mundo de los representantes de jugadores junto al desaparecido compatriota 'Lobo' Diarte.

Las circunstancias de la vida permitieron a Menorca disfrutar del fútbol de este guaraní nacido en San Antonio, a escasos 20 kilómetros de Asunción, la capital de Paraguay. La añoranza primero, el desconocimiento y la falta de asesores adecuados impidieron que su traslado al fútbol europeo tuviera el resultado que perseguía cuando, con apenas 21 años, cruzó el charco para enrolarse en el Betis, en Segunda División.

Atrás quedaban casi seis años de triunfos en su país donde salió campeón con el Cerro Porteño, jugó la Copa Libertadores -la Champions sudamericana- fue recibido por el presidente de la República, y debutó en el mítico Maracaná de Rio de Janeiro como internacional absoluto con su Selección.


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