Reconocimiento. El conseller, Juanjo Pons, y la concejala, Tico González, con Josep Bosch y Alfredo Portella; todos los que concluyeron el recorrido se hicieron merecedores del reconocimiento - Paco Sturla

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David Mateo se pasea por el Camí de Cavalls como lo hace Pedro por su casa, con una superioridad insultante. Por segundo año consecutivo, el 'biker' catalán se llevó el triunfo en el sendero de 185 kilómetros que rodea a la Isla siendo el ciclista más rápido de los 121 que se inscribieron. El catalán cedió algunos segundos en la etapa cronometrada de ayer, en la que ganó el mallorquín Tomeu Massanet, pero entró en Ciutadella con todos los honores y el aplauso general del público asistente a Sa Platja Gran, aunque hubo un polémico cruce de declaraciones entre los ganadores y el ciclista local Pere Allés, que afortunadamente no fue a más.

El sol se adueñó de la segunda jornada de la Camí de Cavalls MTB y brilló con justicia desde la salida en Es Castell, a las 8.00, hasta la llegada a meta horas después. Mínima tregua para los 88 valientes que salieron a la competición y que protagonizaron un ritmo endiablado en el tramo del sur, mucho menos duro que los 100 kilómetros del norte. Mateo, con la victoria en el bolsillo a raíz de su exhibición en la crono del sábado, vio como el local Alfredo Portella entraba en meta el primero en Ciutadella (4:34:47). Susana Pulido fue la primera mujer y acabó en 7:39:16., 2:07:39 en el tramo cronometrado.

Mateo y Massanet entraron alzando el puño en alto juntos poco después y luego lo hizo Pere Allés. Massanet invirtió 1:17:13 en el tramo cronometrado desde Cala en Porter hasta Cala Galdana, mientras que el ganador necesitó de 1:17:25, una diferencia que salvaba con los poco menos de 15 minutos de ventaja que cosechó el sábado entre Cala Morell y Cala Tirant.

El pelotón de participantes destacó las excelentes condiciones que se habían dado para el desarrollo de la prueba así como lo exigentes que son los 185 kilómetros del total de la prueba.

En los avituallamientos el buen rollo y la camaradería fue una constante, mientras los ciclistas iban intercambiado opiniones y sensaciones, entre algunos bocados de fruta, pasta, galletas y sorbos de agua y bebidas isotónicas.

Los equipos de emergencia apenas tuvieron que intervenir más allá de alguna caída sin circunstancias aunque con sus correspondientes rasguños, músculos sobrecargados y pieles irritadas.

La entrega de trofeos, por la tarde en Ciutadella, cerró la segunda edición de una carrera que va abriéndose poco a poco camino en el panorama nacional MTB.