Desolado. Casillas, cabizbajo, viva imagen de la Selección española ayer. - Reuters

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Brasil, el equipo más laureado de la historia, conquistó en su templo Maracaná al ritmo de un nuevo líder, Neymar, su cuarta Copa Confederaciones cerrando el ciclo glorioso de España, que mantuvo la grandeza pese a la derrota.

El partido soñado por todos los protagonistas, la pentacampeona Brasil, contra la que marcaba el pulso del fútbol mundial acabó en un baño amarillo ante una España desdibujada, cansada y lejos de su nivel.

La Copa Confederaciones cerró su novena edición ganando enjundia con la mayor fiesta del fútbol posible. Era la gran reválida de la Roja. Imponer su estilo en un triunfo que sería legendario. La victoria y el título que le faltaba. Quiso heredar el testigo e Uruguay para un nuevo 'Maracanazo', pero se topó con un rival majestuoso.

Brasil tenía estudiada a la perfección a España y salió a por ella. Al arrancar el partido, el primer tanto ya lo había marcado Maracaná. Sin cumplirse el minuto 2. Con la salida en tromba esperada. Un centro desde el costado derecho de Hulk. Un salto mal medido de Piqué y Arbeloa. El rechace fue un regalo del cielo a Fred que desde el suelo superó por alto a Casillas.

La presión de jugar con un estadio entero a su favor se transformó en un futbolista 'verde-amarela' más. Brasil salió a morder, al límite de lo permitido en el reglamento por dureza, con un centro del campo que impuso su físico y tres 'demonios' en ataque -Neymar, Fred y Hulk-, tan verticales que hicieron tambalearse a la Roja.

España estaba nerviosa. Superada. Desajustes defensivos. Pérdidas en la salida de balón, anulados por la presión asfixiante del rival. Afrontaba el más difícil todavía. El sueño se tornaba en pesadilla. Por primera vez comenzaba con todo en contra una final. No ocurrió ante Alemania ni Italia en las Eurocopas. Ni Holanda en el Mundial.

Los brasileños plasmaban sobre el césped el planteamiento perfecto de Scolari. Atacaban directos. Eran puñales en los costados. En pleno desconcierto Oscar perdonaba y en el 32, Paulinho picaba maravillosamente un balón que Casillas salvó en dos tiempos.

No estaba cómoda España pero un pase de Mata a Pedro pudo ser el 1-1 pero el balón, que ya había superado a Julio César, fue rechazado por Luiz en la línea de gol. Y para más inri, Neymar se inventaba un golazo en el minuto 44 que dejaba más tocada a La roja antes del descanso.

España evidenció que no era su día al recibir nada más regresar al terreno de juego el 3-0 obra de Fred. Poco después, un penalti de Marcelo a Navas lo falló Ramos. A 22 minutos para el final, Piqué se excedió en una acción sobre Neymar que le costó la roja directa.
Con todo a su favor, Brasil se dedicó a dejar correr los minutos e intentaba sorprender en una contra pero Casillas y la fortuna evitaron que la goleada fuera mayor. El título se queda en casa.