Casasnovas y Bosch lucen orgullosos la camiseta que les acredita como 'finishers' de la Extreme Man. - Josep Bagur Gomila

TW
0

Cruzar cualquier línea de meta despierta una sensación indescriptible. Una mezcla de ilusión, alegría y 'subidón', una especie de dósis de la droga más adictiva a la vez que sana. Le da, al que la cruza, la sensación de que es invencible, una especie de súperhéroe en el circuito y en la vida y el derecho a lucir la prenda con la palabra 'finisher' que la organización regala y que acredita que se ha concluído el reto. Por eso cuando al día siguiente lees en 'Es Diari' que te han descalificado a pesar de haber acabado la carrera, el chasco es mayúsculo.

Es el argumento que castigó a dos triatletas amateurs que concluyeron con éxito los 1.900 metros de natación, los 90 kilómetros en bicicleta y los 21 kilómetros de carrera a pie en la pasada Extreme Man de Fornells aunque con una penalización que no cumplieron y que, reglamento en mano, les castiga con la descalificación. Es la historia de Miquel Àngel Casasnovas Morales y Kiko Aguilar Bosch, dos ciutadellencs que debutaron en la modalidad y en la disciplina el pasado 22 de septiembre.

"Llegamos a meta, estábamos muy satisfechos, pero al día siguiente nos dio el 'bajón', en el periódico salían nuestros nombres como descalificados", recuerda 'Casas'. Pero antes de disfrutar del merecido final feliz, vayamos por partes?

"Hace dos años viví la Extreme Man como espectador y se me puso la piel de gallina con la salida y el esfuerzo que estaban haciendo los participantes. Decidí que un día la disputaría", recuerda Casasnovas, a punto de cumplir 39 años. Tanto él como Aguilar, de 40, se pusieron las pilas el pasado invierno y desde entonces no han sido pocos los madrugones para conciliar familia, trabajo y entrenos. "Todo el verano he empezado a entrenar a las 6 de la mañana".

El clásico súperhombre anónimo que tras devorar 20 kilómetros de carrera, por poner un ejemplo, saca fuerzas para ir a trabajar, cuidar de los críos y cumplir en las tareas del hogar.Todo ese esfuerzo se vio recompensado en la mañana del 22. "Tanto Kiko como yo disfrutamos como unos chavales en Fornells, es cierto que fue exigente, pero con el sufrimiento también se goza", rememora 'Casas'.

En algún momento del trazado, un juez los amonestó por alguna infracción que, una vez concluído todo, no llegan a indentificar. "No vimos que nos habían sacado una tarjeta amarilla que nos obligaba a pasar cinco minutos en la zona de penalización" y esa omisión les costó la descalificación.Entonces hablaron con Mito Bosch, gerente de Elitechip y uno de los organizadores de la prueba, quien hizo las gestiones intermediarias entre los deportistas y la organización.

"A nosotros el tiempo nos da igual porque el objetivo era terminarlo, lo único que queremos es que se nos reconozca como 'finishers'", reclamaban, y la solución, de cajón, llegó. "Somos finishers, la organización nos ha sumado cinco minutos a cada uno en el tiempo final y listos", revelan los protagonistas.

Ahora lucen su camiseta 'finisher' orgullosos y conscientes de que han tenido que sudar un poco más que los demás participantes. Porque cuando llevas más de ocho meses entrenando para un objetivo cinco minutos más o cinco minutos menos te da exactamente igual. ¿Sus tiempos? 'Casas' acabó en 5:22:01 y Kiko en 5:31:04. El que quiera o lo necesite, que le sume los cinco minutos de penalización.