La Copa de España, en mayo. Foguet, en primer término, y Werner tras él, posan para este diario. Su reto más inminente lo afrontan a inicios del mes próximo, donde disputarán en Roses, junto a Jaume Villalonga y Enric Pons, el Nacional de Clase Laser 4.7. | Gemma Andreu

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El mar como un modo de vida. Es la máxima de Nicolás Werner y Ramiro Foguet, dos jóvenes de 16 años entregados al arte de la navegación, que en el albor del próximo mes de mayo disputan en Roses, Girona, la Copa de España en Clase Láser 4.7 (sub15-sub 18), en la que también participarán sus compañeros del Club Marítimo de Mahón, Jaume Villalonga -que lo hará como el infantil mejor clasificado de Balears- y Enric Pons.

Sobresalen como dos notables proyectos de la prolífica factoría de la institución mahonesa, que en la calificatoria de rango autonómico celebrada en Eivissa hace algunas semanas expuso un considerable predominio, materializando el pase de cuatro de sus exponentes sobre el total de los ocho baleares que acudirán a la cita en la Costa Brava -el resto, mallorquines-. En el caso de Werner, ausente por problemas físicos en la cita pitiusa, su pase al Nacional se produjo en función de la media conseguida previamente.

Más allá de los registros, o quizá por encima, resalta la comunión de nuestros protagonistas con el mar. «Navegar es una forma de vida, es sentir la libertad, algo difícil de explicar con palabras», coinciden ambos. «Llevo unos ocho años dedicándome a la vela, es mucho más que un hobby, de similar importancia que los estudios», se sincera Werner, acostumbrado a padecer «una especie de conflicto interno, pues a veces me cuesta priorizar lo académico». «Llevo diez años en esto y navegar es sentirte bien, la libertad... tienes que vivirlo», agrega por su parte Foguet. Uno y otro gustarían de «vivir de la vela» en un futuro, si bien son «conscientes» de lo difícil de alcanzar tamaño objetivo, «por eso tenemos un 'plan B' y no descuidamos los estudios», confiesan sin virar de su sueño.

Su reto inmediato, la Copa de España fijada para mayo en aguas de la Costa Brava, en la antigua colonia griega de Roses, lo afrontan con «ambición». «Siempre tienes en mente obtener plaza para un torneo internacional, pero no estamos muy bien situados en el ránking ya que en la anterior Copa de España no nos fue muy bien; parece complicado, pero nada es imposible», abunda Werner, cuyo discurso parafrasea Foguet, quién añade y termina, «nos motiva la posibilidad de hacer un buen resultado, también con vistas al año próximo». La nueva generación, en sinergia con la historia del Club Marítimo de Mahón.