Sinto Marquès, segundo por la derecha, con la bandera menorquina, y un instante de la prueba | S.M.

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Satisfacción como denominador común entre los menorquines que tomaron parte el pasado sábado en Les Comes, Barcelona, en la Reebok Spartan Race, un serial de obstáculos de alcance mundial y que contó con alrededor de 8000 participantes. La prueba, segunda que se celebra en suelo español después de la edición albergada por Madrid meses atrás, estuvo fragmentada en dos niveles; la Spartan Beast, que computa además para el Campeonato de Europa, con un recorrido de 17 kilómetros, y la Spartan Super, que fue la que concentró la representación insular –y cerca de 2000 inscritos–, para una distancia de algo más de 12 kilómetros sorteando obstáculos, charcas de barro, pendientes, lanzamiento de jabalina... un panorama totalmente evocador al antiguo Peloponeso.

En sustancia, el evento supone una suerte de reválida individual; el reto es terminar, al margen del crono. Con esa mentalidad tomó parte la guarnición menorquina en la cita, tras la que el discurso colectivo fue coincidente; diversión absoluta, o en el caso, diversión espartana. El joven Marc Prats Robert, propietario de un gimnasio en Maó especializado en Crossfit, compitió en la latitud catalana durante el reciente fin de semana (categoría M25-29), compartiendo grupo con otros cuatro menorquines. Jony Pascual, Dani Tudurí, Javi Avión y Juan Coll Melitón (este, calificado el 244, con un excelente minutaje de 2:10'42''). «Ha sido una gran experiencia. Acudimos un poco a ver que nos encontrábamos, y lo cierto es que ha sido muy duro y muy bestia, pero también muy divertido», relata Prats. «Habíamos entrenado bien, pero como tampoco sabíamos con que nos íbamos a encontrar exactamente, gestionamos nuestras fuerzas. Hubo momentos duros, pero todo salió muy bien», apostilla el joven mahonés, que estableció una marca de 2:17'32'' (el vencedor, Claudiu Balosu, cerró en 1:22'34'').

Jacinto 'Sinto' Marquès Gomila, exfutbolista del CD Menorca y CE Ferreries, mahonés afincado en Barcelona, también completó la 'Spartan' (M35-39), con el valor de que no sufrió penalización alguna. Su crono final, 3:12'01'', alejado de sus verdaderas posibilidades, derivó condicionado de sus dos acompañantes, uno mallorquín y otro catalán (inscritos en M50-54). «No fui con la idea de hacer crono, sino de terminarla. Me adapté al ritmo de mis compañeros, y lo cierto es que es una prueba para disfrutarla. Mucho barro y mucha pendiente, que a ratos solo podías hacer a pie. Y por lo que nos comentaron –Prats coincide con él–, Barcelona ha sido mucho más duro y mejor preparado que la edición de Madrid», explica Marquès, que al ser preguntado sobre si una prueba de este perfil tendría cabida en Menorca, vacila. «Quizá sí, pero es caro venir a la Isla en avión y la magnitud del evento es considerable. Mucha gente, muchas plazas...», termina.

El multidisciplinar Joan Cubas Pons estuvo también en la prueba –que abordó con el polaco residente en la Isla, Marcin Switeck–. Concluyó tercero en M45-49 y el 250 en la general con un tiempo de 2:11'15'', mérito añadido si cabe, pues se lastimó la rodilla 48 horas antes del inicio. «Salí el último expresamente, para poder ir a mi ritmo, poco a poco. Antes de la prueba creí que no podría. Me hicieron un masaje, un vendaje... y a medida que avanzaba me iba sintiendo mejor, y eso que el día antes no podía ni caminar», recuerda Cubas, que participó con «la idea de disfrutar, y la verdad es que lo hice. Es una prueba que recomiendo a todo el mundo ¿hacerla en Menorca?... hombre, necesitas una finca muy, muy grande. Pero, ¿por qué no?», cierra Cubas. Jonathan Pons Sánchez, Nacho Mayans Moll y José Pons García fueron otros de los menorquines que tomaron parte en la Spartan Race. Una diversión espartana.