Tan sólo la propia Cris Ferrer y su pareja, Dani Pérez, saben el trabajo que hay tras esta medalla. La karateka del Spirit Alaior era una chica muy feliz ayer. | C. F.

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Espectacular. La reconocida internacionalmente karateka ibicenca del Spirit Alaior, Cristina Ferrer, logró agrandar ayer al mediodía su palmarés individual en este arte marcial al colgarse de manera totalmente merecida la medalla de bronce en el Campeonato de Europa absoluto individual que se ha desarrollado desde el pasado jueves en la ciudad de Estambul. Un metal de bronce que tiene un gran sentido para la también monitor del gimnasio alaiorenc puesto que ayer logró vengarse deportivamente de la luchadora representante de Croacia, que meses atrás había apeado a la internacional española de la lucha en el Campeonato del Mundo 2015.

El combate celebrado ayer en Estambul fue espectacular y dejó evidencias de lo que ha trabajado Ferrer para estar en forma en este Europeo. De hecho, siempre llevó el peso del combate. La representante roja empezaba el asalto ganando 1-0 de ataque de puño directo y después marcaba otro punto pero se lo anularon por demasiado contacto. Y a 20 segundos del final marcaba el segundo punto de puño.

En estos momentos, su trabajo era que no la enfocara, moviéndose mucho y atacando cuando tuviera descolocada a la croata ya que es una luchadora muy completa con la que si le peleaba lineal le podía hacer de todo. Una croata que, entre su currículum, tiene un subcampeonato del mundo, campeona de Europa y medallista en muchos Europeos. Una de las veteranas con mayor experiencia.

Ferrer, que quiso acordarse ayer de su pareja –el también karateka de Ciutadella Dani Pérez–, aseguraba estar «súper contenta. Después de mucho trabajar han salido los resultados. He trabajado muy duro y compaginar trabajo en el gimnasio con entrenos sin ayudas es muy difícil. En otros países los deportistas solo se dedican a entrenar, sin tenerse que preocupar por el trabajo», exclamaba. «Me encontré súper bien en el combate, muy segura centrada, con la mente en blanco. Y logré dominar muy bien el combate. La rival era un hueso muy duro», zanjó feliz desde Estambul.