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Llora cuando pierde el mallorquín Jorge Lorenzo. Es decir, cuando no ocupa el cajón más alto del podio. Luce el número 10 en el frontal y lateral de su máquina por Leo Messi. Aunque no cambiaría por nada del mundo los circuitos de tierra o especialmente de asfalto por los escenarios donde el astro argentino maravilla con el esférico pegado a su zurda. La velocidad le apasiona, lo lleva en los genes y desde el pasado mes de abril puede desarrollar su entusiasta actividad extraescolar en competiciones federadas.

Urick Pons Martínez (Maó, 2010) es el último descubrimiento del limitado universo menorquín del motor a dos ruedas. Apenas habían transcurrido 24 días desde que cumpliera los seis años, edad a partir de la cual la Federación Balear le pudo tramitar la licencia de piloto en categoría alevín, cuando participó en su primera carrera oficial.

El circuito del Karting Costa Nova, de Ciutadella, acogió el bautismo de Urick Pons con motivo de la primera prueba del calendario del Campeonato de Balears de minivelocidad, Trofeo ViveMenorca. Fue tercero en la categoría de Minimotos 4.2 (R-10).

El jovencísimo piloto mahonés se subió por primera vez a una moto con apenas dos años. El entorno doméstico era el idóneo. Y durante estos cuatro años su padre, Gabriel Pons, se ha encargado de su formación en una etapa clave para el desarrollo psicomotor, intelectual y de personalidad para un niño.

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