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Sabía el saltador de Ciutadella, Joan Florit, que ni mucho menos llegaba al Campeonato del Mundo de Saltos ‘Dodsing’ 2020 de Oslo (Noruega) en las mejores condiciones, con su eterno problema de no tener emplazamientos acordes en la Isla para entrenarse dignamente y con el handicap añadido e imprevisto del confinamiento en España. Sin embargo, el menorquín volvió a dar la cara y finalizó décimo del mundo, a solo medio punto de los cuartos de final, donde Florit se veía fuerte y con un salto ya preparado.

En un Mundial marcado por la lluvia, el viento y la dureza de los contrincantes, Florit tuvo que lidiar con una plataforma muy resbaladiza y el hecho de lanzarse a 11’5m, cuando en Oslo se entrenó estos días a 10m, una modificación que le condicionó a la hora de saltar, con metro y medio de diferencia. Unos pequeños e inexplicables fallos dejaron a ‘Fly’ a las puertas de cuartos de final, un acceso ya entre los mejores también marcado por el hecho de ser de los primeros en saltar. De hecho, los propios jueces reconocían posteriormente al menorquín que al saltar de principio son más conservadores a la hora de otorgar puntos.