Alma Rabinerson, durante una competición, en aguas del puerto de Maó | CMM

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La joven palista del Club Marítimo de Mahón, Alma Rabinerson, afronta esta semana su primer reto de impacto internacional, con motivo del Mundial para la categoría junior que se celebra entre este jueves y el próximo domingo en Auronzo di Cadore, en la región italiana del Véneto.

En el mismo, la exponente del Club Marítimo, de 18 años de edad, competirá como integrante de la selección española en el K-4 y en el K-2. Su motivación es absoluta. «Llego bien al Mundial, las cuatro palistas que hacemos el K-4 llegamos bien, motivadas, con ganas de hacer un buen papel», expone Alma, que sí advierte un pequeño hándicap en el hecho de haber entrenado «poco» para la competición, «puesto que desde que logramos clasificarnos para el Mundial ha transcurrido poco tiempo», pero «llegamos bien», sostiene. Preguntada por los objetivos en cuanto a resultados, Alma Rabinerson cita el «disputar la final A» como el primero de ellos. «Lo que significaría estar entre las nueve mejores», abunda la palista del Club Marítimo y de la selección española. A partir de ahí, poder granjearse un hueco «en el Top 5», precisa Alma, colmaría sus ambiciones. Lograr medalla, «no lo veo imposible, pero sí complicado, aunque iremos a por todas», matiza.

Rivales

En ese sentido, los principales rivales se presumen «Italia –que actúa en casa– y Hungría». «Por lo que me han comentado, son las selecciones más fuertes», sigue Alma.

No obstante, el protagonismo de la menorquina no se limita al K-4 y tendrá también alcance en el K-2 mixto, donde opina que se puede «ser más ambiciosa, y quizá podamos alcanzar el Top3», concede.

La prueba tendrá lugar en el Lago di Auronzo (también llamado de Santa Caterina), un lago artificial enclavado en los macizos montañosos de los Dolomitas, entre los ‘Tres picos de Lavaredo’, además de Cadini, Croda dei Toni y Corno del Doge, un reducto de inmensa belleza, pero «al ser de montaña es un sitio frío y el agua por tanto es más dura», especifica Alma, para quien será novedad competir en la zona (recordemos que es su primera cita afuera de España), consciente asimismo de que toparán «con unas condiciones complicadas». «Pero habrá que adaptarse», apostilla.

Por último, planteamos a la palista del Club Marítimo de Mahón y de la selección española si resulta contraproducente el poco margen de que dispondrá entre la disputa del Mundial de Auronzo de esta semana y el Europeo, que se celebra en Montemor-o-velho, Portugal, a finales de mes (del 27 al 30 de julio, apenas tres semanas después), como también el hecho de tener que abordar primero la cita teóricamente más exigente, como es el Mundial.

«Nos habría gustado que fuera al revés, primero el Europeo y luego el Mundial, para tener contacto primero con lo menos importante, para ir de menos a más, pero a la vez, como en el Europeo también hago el K1 200, que en el Mundial no lo hago… pero nos ha venido así y solo pensamos en competir desde ya», termina la joven y precoz campeona del Club Marítimo, Alma Rabinerson.