Imagen del púgil, en el centro, con sus técnicos, en Amsterdam

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El luchador ciutadellenc Frank Muñoz si bien ha dejado de lado la competición profesional, sigue de lleno en el mundo de las artes marciales y esta semana ha recibido en Amsterdam el cinturón morado de jiu jitsu brasileño (DJJ). Residente desde hace medio año de nuevo en Menorca y tras haber sido el mejor del mundo en la modalidad de kickboxing ahora, siete años después, Muñoz ya se puede considerar un avanzado en el ‘grappling’. Si bien todavía le restarían los cinturones marrón y negro, con este morado ya entra en el selecto grupo de ‘expertos’.

Para Muñoz, de regreso a Ciutadella, «es un orgullo este cinturón morado porque no hay mucha gente que lo tenga y además se trata de mucha constancia y perseverancia, desde cero», señala. Para el menorquín en su día fue un deporte, «totalmente nuevo y me ha permitido superarme a mí mismo, acostumbrado a competir con pies. En este arte priman los agarres, las sumisiones y el suelo, que es antinatural para los humanos. Muy feliz».

Sin ponerse límites ni techo

«Ha sido un camino largo pero hermoso hasta mi ascenso a cinturón morado y quiero seguir aprendiendo, mejorando y recolectando experiencias entrenando y viajando alrededor del mundo», continuaba Muñoz, que vive de nuevo en Ciutadella. «De corazón, muchas gracias a todos mis compañeros de Team United Fighters Amsterdam que me ayudaron a conseguir este hito y por supuesto a mi equipo en Menorca donde estoy entrenando los últimos seis meses», cerraba el insular.