Fachada de un par de edificios de Maó, uno de los lugares de la Isla donde el precio de la vivienda más se ha incrementado

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El encarecimiento del mercado inmobiliario en la Isla aflora como un rival al margen de la pista para el deporte menorquín. El continuo incremento del precio de la vivienda, lo que repercute directamente en el coste creciente de los alquileres, se ha convertido en un serio problema para los clubes de la geografía local que compiten en categoría de ámbito nacional, puesto que acostumbran a incorporar deportistas o técnicos provenientes de fuera de la Isla para construir o apuntalar sus proyectos, con la consiguiente necesidad de contar con alojamientos que destinar a esos fichajes.

Los alquileres de pisos en la Isla, según un informe publicado por este diario en marzo de 2022 y sustentado por datos de información tributaria que ofrece el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, advirtieron entre 2015 y 2021 un incremento del precio de prácticamente el 40 por ciento en Maó, que es la ciudad donde mayor ha sido la subida a nivel insular (el triple que la inflación además, en ese mismo trecho temporal), de algo más del 38% en Ciutadella, de 35.5% en Es Mercadal, de 34.05% en Es Castell…

En el caso del mercado de alquiler de viviendas unifamiliares, Es Migjorn Gran, con un incremento del 44 por ciento, y Es Mercadal y Sant Lluís, con uno del 25%, son los enclaves donde mayor subida se ha experimentado. Además, no es posible disociar este incremento de precios, en forma de perjuicio para los clubes, de la realidad económica de la Isla, tan distante en verano en relación al invierno.

Hestia Menorca

Sin llegar eso a significar para ningún club de la Isla un factor que haya desbaratado u obligado a descartar algún fichaje, esa tendencia al alza del coste del alquiler en Menorca sí está condicionando, y en modo importante en la mayoría de casos, los presupuestos, y por añadidura, la economía de nuestros clubes.

«El de la vivienda es un problema que se ha ido agravando a medida que hemos ido ascendiendo de categoría y a medida que van pasando los años», reflexiona Miki Ortiz, director general del Hestia Menorca, club para el que la problemática, tras el ingreso en LEB Oro, es doble, puesto que por un lado el perfil de alojamiento que reclama un jugador de Liga EBA o LEB Plata (que en algunos casos, incluso podían compartir estancia) es mucho más modesto que no el que reclama un exponente de la segunda liga del país en la que se apresta a debutar el cuadro de Bintaufa dentro de dos semanas.

Y por otro lado, la situación actual del mercado inmobiliario menorquín, tan condicionado además por la estacionalidad a la que aboca el modelo turístico estival que predomina en la Isla, y que hace que coincida en pleno agosto el inicio de los entrenamientos con la ‘temporada alta veraniega’, que el Hestia Menorca fundamentalmente soluciona haciendo «que algunos jugadores compartan piso de forma temporal, y a medida que van pasando los días, los vamos alojando», precisa Ortiz.

«Es un problema que ha ido a más en los últimos años, pero este ha sido el año más duro, se ha notado, sobre todo por el tipo de vivienda que necesitamos ahora, que sin ser un aspecto que nos haya impedido realizar algún fichaje, sí que nos condiciona una parte importante del presupuesto; de hecho, el presupuesto está muy condicionado por eso», concluye el director general del Hestia Menorca.

Es Castell

El otro club de la Isla enfrascado en una liga de ámbito nacional de básquet, Sa Tintina Es Castell, que a inicios del próximo mes de octubre empieza su cuarto año consecutivo en Liga EBA, también conoce y sufre la inercia alcista del mercado inmobiliario insular.

«Es una realidad que nos condiciona mucho, es cierto que cuesta mucho encontrar vivienda para los jugadores de fuera», analiza el presidente del club de Es Castell, Tomeu Vanrell, en relación al precio de los alquileres.

«Normalmente trabajamos con viviendas de tipo vacacional, que aprovechamos en los meses de invierno, cuando no tienen uso», sigue el dirigente, en alusión a una situación coyuntural a la que también han referido desde el Hestia Menorca y otros puntos de la latitud insular.

«Una parte importante de nuestro presupuesto, que podríamos invertir en otras cosas, se va en los pisos; lo cierto es que es un problema y nos condiciona mucho en lo económico», abunda Vanrell. En Es Castell, eso sí, es condicionante igualmente en el sentido de que «tenemos un número de viviendas determinado a nuestra disposición», indica Vanrell, lo que por tanto marca hasta cuántos jugadores de fuera puede reclutar el club, a diferencia del Hestia Menorca, más necesitado, por razones obvias, de recurrir al mercado exterior. «La realidad es que la inflación ha llegado el básquet», termina el presidente de Sa Tintina Es Castell.

Mercadal

Tampoco otros deportes son ajenos a la ‘burbuja inmobiliaria’ que impera en la Isla. En el caso del CE Mercadal, principal exponente del fútbol menorquín en Tercera Balear a lo largo del último decenio y medio, y para el que el mercado peninsular ha sido fuente recurrente en el momento de completar o reforzar la plantilla, su presidente, Toni Vila, admite que en su caso el problema es parcial, pero que también sufren por la singularidad del mercado insular.

«A nosotros, hasta cierto punto, nos sale mejor traer a alguien de fuera, puesto que tenemos gente que nos presta apartamentos», razona Vila, en el sentido de que al ofrecer alojamiento al fichaje forastero, la mensualidad que se le abona es menor, pero en cualquier caso el Mercadal tampoco puede escapar de los efectos colaterales de la temporada turística. «Entre octubre y mayo, no tenemos problema, pero el resto del año… por eso en verano no podemos fichar a nadie de fuera», concluye Vila, en una afirmación de lo más indicativa.

Avarca

El CV Ciutadella, cuyo principal estandarte, su primer equipo senior femenino, desde 2006 milita en la máxima categoría del voleibol español, conoce y ha sufrido también las vicisitudes del mercado inmobiliario insular y las derivadas de la estacionalidad. Sin ir más lejos, la actual pretemporada del Avarca ha tenido que demorarse hasta inicios del presente mes de septiembre ante la imposibilidad de contar con suficiente número de alojamientos en agosto para acomodar a toda la plantilla, sustancialmente integrada cada temporada por jugadoras foráneas.

Todo un hándicap, además, en función de que este año el inicio de la Liga Iberdrola se ha adelantado hasta el 30-S, y que por tanto el equipo de Ciutadella afrontará tras una preparación más acotada de lo habitual.

Son, en suma, las dificultades y perjuicios que la realidad inmobiliaria y el modelo económico-turístico de la Isla ocasionan a nuestros clubes de proyección exterior en la confección de sus plantillas y en el diseño de su preparación y de sus presupuestos.