El raqueta menorquín, durante uno de los torneos Challenger que ha disputado esta temporada del 2023 que recién ha cerrado | RVT

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El tenista menorquín Sergio Martos ha cerrado el 2023 con las semifinales de dobles en el Challenger de Maspalomas y el de Ciutadella da carpetazo a un gran año, en el puesto 116 mundial, tras llegar a estar el 102 ATP en junio, su mejor ranking personal. Martos, en un año de mejora técnica y mental, sumó en Tenerife su cuarto Challenger y llegó a otras tres finales, además de jugar tres ‘Main Draw ATP250’, en Marsella, Santiago y Bastad. El raqueta menorquín, ya en la Isla de vacaciones, hablaba este miércoles con «Es Diari» de su brillante temporada tenística y señalaba Martos estar, «en general, contento, con mi curso 2023. Sobre todo porque creo que ha sido un año en el que he aprendido mucho y he madurado bastante como jugador», relataba Martos, tras disputar su tercer año plenamente jugando en la modalidad de dobles. «Pienso que cada temporada voy mejorando bastante y lo veo como un paso muy importante», dice, reconociendo a través de este diario que este 2023, a nivel personal, «me había marcado finalizar en el Top100. Al final no lo he logrado pero he estado muy cerca y, de hecho, en junio, llegué a situarme en mi mejor ranking, como el 102», se congratulaba el ciutadellenc de la RV Tennis Academy ubicada en Barcelona.

Pese a haber rozado entrar en el selecto grupo de los mejores 100 del mundo, Martos no se desvanece, «y me quedo con ello, con haber estado muy cerca de acceder al centenar de la ATP en dobles. Además, tengo claro que atesoro el nivel suficiente para estar en este preciado Top100», dice muy convencido, siendo aún su gran desafío. «Es uno de mis objetivos principales sin duda de cara al 2024», avisa.

Esa madurez de la que habla Martos abiertamente en esta página es lo que le ha llevado, dice él mismo, a completar un muy buen año en dobles. «Esta experiencia y el hecho de conocer bien ya el circuito Challenger, después de haber logrado jugar incluso cuatro ATP este 2023», dice, recordando incluso una previa de un ATP 500, que acabarían cediendo ante la dupla belga que sería finalista en el último Roland Garros, incluso con tres bolas de partido en aquella cita. «Todo ello me ha dado alas y hacerme ver que tengo el nivel para competir con gente de mucha calidad», se reafirma.

Sergio Martos admite que se encuentra «en mi mejor momento en las pistas y es lo que me ayuda de cara al futuro más inmediato de afrontar grandes torneos y con buenos momentos por llegar», vaticina, ilusionado, el insular, superada ya su pequeña ‘mini’ crisis cuando dejó de competir con el italiano Marco Bortolotti. Y es por ello que este 2024 entrante, tras un período muy importante de crecimiento personal y tenístico, Martos se pone entre ceja y ceja, «dar un paso adelante, repito, a partir de mi madurez como tenista. Sé de mis capacidades y mis posibilidades de ser Top100 o más arriba; y jugar torneos ATP y Grand Slams, mi reto principal de este 2024», dice, sin miedo alguno, el insular.

La idea y el camino son muy claros. «Seguir subiendo de ranking y afianzarme entre los cien mejores del mundo es mi gran desafío inmediato. Y más, consciente de lo que, según él, le faltaba para subir al olimpo mundial de dobles. «Jugar algunos torneos ATP, lo que me ha llevado a darme cuenta que tengo el nivel más que suficiente para jugar ante estos niveles. Creo mucho más en mi mismo ahora que antes y para mí será clave de cara a seguir mejorando en mi día a día y ganando torneos Challenger, afianzándome en el circuito ATP», asevera Martos. Un tenista salido de la factoría de Ciutadella que ha renovado en la RV Tennis Academy y, a veces, se entrena en la Isla, «lo que me gusta y veo necesario».

El apunte

De Bortolotti al lado, a un tiempo de ciertas dudas

La primera mitad de curso Martos jugó con el italiano Marco Bortolotti de pareja, «con grandes momentos», exclama el ciutadellenc. Sin embargo, vinieron otras semanas no tan fructíferas, por lo que Sergio Martos y él, «vimos que se necesitaba parar, un cambio para ambos». En verano fue cambiando de pareja, «lo que no fue fácil acostumbrado a no variar. Fue la peor época, el agujero, donde apenas gané partidos», admite. «Lo pasé un poco mal pero al final, todo va a épocas y hay que estar preparados para todo», dice, sin tapujo alguno, el menorquín.