Imagen de Luke Littler en acción durante las semifinales del Mundial de dardos que se está disputando en Londres. | TOLGA AKMEN

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Ni su edad ni su apariencia física son las que se asocian a una leyenda del deporte, pero Luke Littler se ha convertido en la gran sensación de 2024 con apenas 16 años. El joven jugador inglés ha hecho historia al convertirse en finalista del Mundial de dardos que se está disputando en el Alexandra Palace de Londres, donde este miércoles a partir de las 21:00 opta a convertirse en campeón y embolsarse el medio millón de euros que concede el título.

Cuentan que con apenas un año y media ya tiraba sus primeros dardos y pocos días antes de soplar 17 velas, este hijo de una dependiente y un taxista amante de los kebabs está a punto de escribir uno de los capítulos más sorprendentes de la historia de los dardos. Luke Littler accedió el martes a la final a costa de un excampeón mundial como Rob Cross (6-2) y este miércoles a partir de las 21:00 tratará de convertirse en el ganador más joven del Mundial ante su ídolo Luke Humphries, que arrasó a Scott Williams en el penúltimo escalón del certamen que está causando sensación.

El rostro de Luke Littler copa portadas y minutos de radio y televisión en Inglaterra, donde se repasa la historia de un chico que a los 10 años ya deslumbraba y a los 13 ya advertía de un potencial que se ha precipitado por explotar. En poco tiempo ha pasado de disfrutar de pequeñas porciones de gloria en eventos alejados de los focos y semiclandestinos a optar a la corona mundial una vez que ha contribuido a disparar la expectación sobre su deporte y el acontecimiento. No en vano ya lleva ganados más de 200.000 euros y el título podría reportarle medio millón, aunque su popularidad ya se ha disparado hasta niveles difíciles de cuantificar como una de las irrupciones más impactantes en el panorama deportivo.

La popularidad alcanzada en los últimos días ha hecho que clubes de la Premier League como el Arsenal o el Tottenham se hayan apresurado a invitarle a sus partidos y que una cadena de kebabs esté dispuesta a patrocinarlo una vez que se ha dado a conocer su pasión por esta comida. Apodado 'The Nuke' (la bomba nuclear), es habitual que en sus publicaciones en Instagram celebre sus triunfos comiéndose uno, aunque en su rutina habitual está comer una tortilla de jamón y queso para desayunar.