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No hubo color. El duelo entre el tercer clasificado de la liga, el Valeriano, y su más inmediato perseguidor, el cuarto, fue un mero trámite para las menorquinas (0-3) ante un rival muy mermado debido a las ausencias de sus tres jugadoras extranjeras. La federación tiene los transfers de las extranjeras retenidos por los impagos del conjunto pimentonero, y así, sin Ana Ibis, Ingrid Visser ni Priscila Rivera, el Murcia 2005 no es rival para nadie.

Pero a veces es tan fácil ganar que ni siquiera puede llegar a ser divertido. Y eso es lo que le pasó ayer al Valeriano ante un Murcia en el que, además de las extranjeras, faltaban tres de sus internacionales españolas, como son Romina Lamas, Diana Sánchez y Arkia El-Ammari que sí podían jugar, pero que vieron el choque desde el banquillo. Ese no era el Murcia 2005, sino un simulacro de equipo, capitaneado por niñas de corta edad que apenas sabían colocarse en la pista y que no sabían ni cuándo tenían que entrar ni cuándo tenían que salir.

Así las cosas, el encuentro tuvo poca historia, ya desde el inicio. Y es que en el primer set, que duró 15 minutos, el técnico local se pasó más tiempo intentando organizar a sus 'juniors' que plantando cara al Valeriano. El conjunto menorquín era el único que jugaba, y lo hizo como quiso, sin rival al que imponerse, jugando tan a placer que ni siquiera tuvieron que molestarse en hacer jugadas de calidad. Las menorquinas, viendo el panorama, no dieron tregua, pusieron la directa y, sin querer hacer sangre y sin apenas festejar los puntos en un encuentro que ni tan siquiera a ellas les gustaba, se anotaron el primer set en 15 minutos (5-25). Todo era tan fácil que ni siquiera vimos la tensión de jugadoras como la argentina Marcela Re, más preocupada en pedir perdón cada vez que soltaba el brazo sobre la débil recepción murciana, que en hacer puntos, porque estos ya caían solos. En el segundo set las baleares bajaron la intensidad. Adrián Fiorenza dio entrada a todas las jugadores de banquillo, pero el resultado no varió. Los fallos por doquier y de toda índole en las murcianas dejaron el camino expedito para el Valeriano, que sin hacer nada del otro mundo volvían a abrir brecha en el marcador ante un atónito Pabellón príncipe de Asturias. No hubo jugadas dignas de mención, sólo un equipo que parecía que jugaba solo y que sin despeinarse, y sin apenas sudar la camiseta, se adjudicaba la segunda manga en un abrir y cerrar de ojos, firmando un 9-25, de nuevo, en poco menos de 15 minutos de juego.

Las menorquinas tenían ganas de acabar con lo que, hasta para ellas, era una pesadilla y salieron decididas a rematar pronto la faena ante un Murcia que cada vez estaba más hundido y ofrecía menos resistencia. Así, el comienzo del último set fue devastador y el Valeriano se fue en el luminoso con un incontestable 0-10. La mirada de las juveniles locales reflejaba un claro deseo de que todo terminase cuanto antes y a eso colaboró el Valeriano Allés que, por la vía rápida, solucionó el encuentro con un aparatoso 5-25, mientras en las gradas del Príncipe de Asturias, atónitas, observaban el desastre las jugadoras extranjeras del equipo pimentonero como Ingrid Visser, Ana Ibis Fernández o la que es considerada una de las mejores jugadoras del mundo, la dominicana Priscilla Rivera.

Fiorenza: "No quiero hablar porque si digo lo que pienso lo van a censurar"

Adrián Fiorenza no quería hablar del encuentro que acababa de disputar, y señalaba que "no voy a realizar declaraciones acerca de este partido porque si digo lo que realmente pienso me lo van a censurar. Esto no tiene nombre". Para el técnico del Valeriano la única lectura positiva es que "dejamos a Murcia algo más abajo en la tabla y eso nos permite afrontar el partido de Burgos con más moral porque el equipo está en una dinámica ganadora. Aparte de eso, este partido no merece calificativos porque no ha sido un partido, ha sido otra cosa y vamos a olvidarlo ya para centrarnos en Burgos". Y es que, como recordó el propio Fiorenza "el de Burgos es un choque vital para nosotros porque si ganamos allí damos un paso importante para colocarnos arriba en la tabla".

Mientras, Hilarión González, el técnico cubano del Murcia 2005, se mostró resignado al final del encuentro y declaraba que "esto es lo que hay por ahora y hay que jugar así. Hay que someterse a los designios del club, aunque para nadie es cómodo". González recalcaba que "hemos intentado plantar cara al Valeriano, pero sin extranjeras es imposible. Sería absurdo intentar explicar cuestiones técnicas porque el resultado es claro y si se ha visto al equipo en la pista no hay nada que comentar".

Respecto a la decisión de dejar en el banquillo a las internacionales Romina Lamas, Diana Sánchez y Arkia El-Ammari, Hilarión fue claro: "No estaba dispuesto a arriesgarme a que se lesionasen tres jugadoras importantes en un encuentro en el que apenas teníamos posibilidades de ganar. He preferido reservarlas para que estén al 100% cuando la situación de equipo se normalice y puedan ser decisivas para nosotros".