Defensa. Fue uno de los aspectos, junto a otros, donde el Valeriano Allès no tuvo una buena actuación

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Bep Joan Casasnovas Ciutadella
La buena afición no se merece lo que ofreció ayer el Valeriano Allès Menorca ante el Sanse. Un partido malo en todos los sentidos. Fue, para el local, la certificación de una metamorfosis de equipo distante y lejano de la primera parte de la Liga. Y no se entiende que quien hizo vibrar a su gente durante tantas semanas, ahora les provoque tan enorme decepción.

Llegó el colista que no conocía la victoria en 12 encuentros y las bermellonas se mostraron incapaces de ganarle un sólo set. Al margen de la charla del lunes es de suponer que pueda haber algo más. Cierto que el cuadro madrileño lo forman una pléyade de excelentes jugadoras, pero eso no tiene que ser excusa porque el Valeriano Allès sabe competir y supo ganar a otros grandes.

Sanse hizo su partido, completo, cierto, pero fue el cuadro de Fiorenza quien fue peor, mucho peor. No hace falta mirarse mucho las estadísticas, viendo el encuentro cualquiera se percata de ello. Pero además, revisando los datos, un 34% ofensivo de las locales es para leerles la 'cartilla' a las atacantes (Kramolc sumó un solo punto, y Alejandra apareció en el tramo final, demasiado tarde); no anotarse ningún punto de bloqueo (no fue excusa que Ré no jugara por lesión) en el segundo set es habilitar en exceso al rival y cometer 26 errores en tres sets es regalar un parcial entero al contrario. Y con eso, decir que la recepción bermellona fue mejor, lo que deja claro que algunas líneas no cumplen en la palestra, más concretamente el ataque de las puntas (a excepción de Pepo ayer) que carece de contundencia y una defensa con mala colocación y exento de carácter en la segunda línea. Cuando las cosas no salen bien (el recurso habitual) hay que poner otra cosa, al menos.

Lo de ayer fue un fraude a la afición. El equipo se ha acomodado y cree vivir de aquella preciosa renta de los siete primeros partidos de Liga. Ya va siendo hora de quitar las butacas y los sofàs de la pista.

Los dos primeros sets son para olvidar (16-25 y 19-25). Mejor no guardar el horroroso vídeo de volei del 'Dia de Sant Antoni'. ¡Vaya ofrenda al Patrón!
El tercero de la tarde tuvo su chispa, pero ni por orgullo. Y desaprovechando marcadores inmejorables. Estuvo igualado el juego y el marcador. Un 'flash' de luz tras un 15-18 y un parcial de 6-1 (21-19) pudo prolongar el partido. Pudo haber sido la clave. Quizás. Sólo hubo unos momentos vibrantes para situar un esperanzador 24-22. Pero ni para la afición se ganó.

Al horrendo partido añadirle un nefasto arbitraje. En Ciutadella la gente sabe de volei. No fue un robo, está claro, pero lo hicieron mal y de ahí que Correa y Chito se llevaran un 'souvenir' de la sede de la Copa de la Reina con varias sonoras pitadas de los graderíos. Es de suponer que habrá otros para dignificar la Copa.
La afición rojilla hace mucho tiempo que no se nutre de alegrías los sábados de volei. Y la afición no apoya para tarde como la de ayer. Urgen ya una clara reacción.

Los demás resultados dejan al Valeriano Allès Menorca en la tercera posición, pero con un sólo triunfo más que el octavo clasificado. Se acabó el margen para ceder.