Coincidencia. Los dos equipos almorzaron en las horas previas al choque separados por escasos metros - g.o.

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Es difícil imaginarse a Real Madrid y Barcelona, si finalmente se clasifican para disputar la próxima final de la Copa del Rey de fútbol, hospedados en el mismo hotel y compartiendo almuerzo horas antes de enfrentarse. Pero en otros deportes es habitual y es lo que le sucedió ayer al Valeriano Allés, que se hospedó en el mismo hotel que su rival, el Fígaro Peluqueros Tenerife, lo que hizo que compartieran mesa y mantel y se cruzaran constantemente antes de enfrentarse en los cuartos de final.

De esta manera, el duelo entre menorquinas y tinerfeñas empezó horas antes, cuando ambos conjuntos coincidieron durante el desayuno y la comida, ejercitándose además las bermellonas en el escenario del encuentro instantes después de que lo hiciera el conjunto chicharrero.

A la hora de la verdad, sobre la pista, hubo pocas sorpresas, ya que pocas cartas podían ocultar bajo la manga ambos técnicos al poseer tanta información del rival.

El equipo, objeto de estudio

Por otra parte, ambas escuadras fueron objeto durante la mañana de un estudio que están llevando a cabo la Universidad de Las Palmas junto a una de Brasil, para crear una base de datos de jugadoras profesionales, de élite, muy amplia y hacer una comparativa que permita llegar a la relación entre la huella digital y las cualidades físicas de cada una.

En una jornada previa a una cita tan importante, la actividad no acabó ahí y se completó con la habitual sesión de vídeo por parte de la plantilla para terminar de preparar los últimos detalles sobre el envite.