Expectación. La sala de prensa del Pavelló se quedó pequeña ante la trascendencia de la asamblea - Myriam Traid

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La asamblea de socios del CV Ciutadella contó con una gran afluencia de abonados y dejó patente que éstos se sienten identificados con la entidad y la junta directiva que preside Caty Moll, que en todo momento se sintió respaldada ante la complicada situación que atraviesa el club de Ciutadella.

La presidenta agradeció la masiva respuesta de los socios, demostrando que quieren al club y se muestran interesados por su futuro. La presidenta informó que en la asamblea no se tomaría ninguna decisión, y que ésta se tomará esta tarde en una reunión de la junta directiva en la sede social del club.

Caty Moll explicó que entre Illesport y el Consell Insular se les adeuda la cantidad de 188.000 euros de la pasada temporada pero lo más preocupante es que no saben cuando se los abonarán ni la cantidad que finalmente se les pagará.

La opinión personal de Moll es que "tardaremos mucho en cobrar, y que no sea hasta el año próximo". El Ajuntamernt de Ciutadella por su parte sí que ha cumplido con las cantidades pactadas la pasada campaña, pero tampoco tienen claro la cantidad que les podrá dar para la temporada 2011/12.

Ante esta situación, la cúpula directiva puso sobre la mesa a los socios las siguientes propuestas: la primera, no empezar la temporada hasta no haber cobrado las cantidades del pasado año, renunciar a Superliga y competir con el conjunto masculino y los femeninos de Balear y Nacional; la segunda, empezar la temporada pero sin pagar hasta que no se cobre lo de la pasada campaña, reducir el presupuesto un doce por ciento, lo que incluiría recortes en la primera plantilla, es decir, en las remuneraciones a percibir, cambiar la estructura técnica, no desmantelarla, renunciar al equipo femenino de categoría nacional y las jugadoras se quedarían en el club, con el conjunto balear y suprimir las dietas a las jugadoras en los desplazamientos (solo a las jugadoras del femenino balear, no a las del primer equipo).

También tomó la palabra, el director deportivo del club, Bep Llorens, que explicó que "no pasaremos de ser un equipo campeón a luchar por la permanencia y disputaremos la Challenge".

La máxima mandataria explicó a los socios que renunciar a Superliga supondría tener que pagar unos 36.000 euros, es decir, los 6.000 ya pagados en julio para inscribirse en la categoría y 30.000 que es el aval depositado en la Real Federación Española de Voleibol, a parte de las reclamaciones que pudieran hacer las jugadoras y la pérdida de publicidad y socios.

En el turno que se abrió a los socios para que expresar sus opiniones hubo dos propuestas que sobresalieron por encima del resto: crear la figura del socio protector, pagando una cantidad mínima pactada, y otra en la que pusiera el límite el propio abonado.

La otra fue la creación al margen de la junta directiva, de una comisión de presión ante las administraciones, para que cumplan con las cantidades pactadas, recogiendo firmas por la ciudad, con cartas en los medios de comunicación, y exigiendo reuniones con los responsables políticos. La presidenta aseguró que el presidente del Consell Insular, Santiago Tadeo, aún no les ha recibido y hasta la fecha les ha remitido al Conseller d'Esports, Juanjo Pons.