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La dos derrotas en el inicio del Valeriano en la competición oficial muestran que el equipo que dirige Bep Llorens necesita más tiempo y trabajo para acoplar a todas sus piezas, para tener rodaje. Los dos partidos ante el Haro Rioja en la Supercopa y Superliga, más allá del resultado, tienen la enseñanza de que hay que seguir con el trabajo sin desfallecer.

El conjunto de Bep Llorens es completamente nuevo, y delante tuvo a un equipo que podría ser una Selección Española, con Pepo Garrido, Sánchez, Jésica Rivero, Arroyo, Alsedà, Alonso-Mañero y Helia -MVP de la primera jornada de la Superliga-. Y a esos poderosos nombres se les ha de unir el de la central Anicia Wood o la colocadora Silvia Araco. También ellas están en fase de acoplamiento como equipo, pero su pontencial es máximo.

El Valeriano, por su parte, mostró una cara en cada partido. El de la Supercopa arrojó un saldo netamente negativo, mostrando varios desajustes en su juego que seguramente no fueron del agrado del cuerpo técnico. Uno de los conceptos donde más se pudo apreciar se encontró en los muchos errores que el equipo tuvo en el saque, ya que se arriesgó demasiado, así como la fragilidad en la red, en un partido en el que, en general, el Haro no tuvo muchas dificultades para vencer su primera Supercopa por la vía rápida (3-0).

Mejor fue el segundo partido, ya en Superliga. Se volvió a perder (3-1) ante un Haro al que le costó un poco más, e incluso perdió el primer set ante un Valeriano que apretó los dientes en todos los sets, y donde se vislumbró cómo Danira Costa y Rese McNatt tienen muchas cosas a decir al frente del conjunto bermellón. La primera destacó su faceta de colocadora, mientras que la segunda se desenvolvió muy bien en zona dos y con su remate. Junto a ellas, Irene Cano y Sheila D'Amaro mostraron que están en franca progresión.

Como dato negativo se encuentra la necesidad imperiosa de mejorar la defensa en segunda línea y en la recepción, pero son conceptos que pueden trabajarse en conjunto, a diferencia de la potencia que pueda tener una atacante.

La impresión general tras estos partidos es que el equipo de Ciutadella es inexperto y le falta conjunción, aunque se intuye perfectamente el trazo que busca Bep Llorens con los mimbres que tiene. No deben tener la presión de buscar un título y deben seguir trabajando para cumplir el pronóstico mínimo de este año: salvo Haro y Murillo, el reto del Valeriano en la Superliga se encuentra en superar al UCAM Murcia, al Iruña y al Barça. Eso es acabar terceras o cuartas. Descontado queda meterse en la Copa de la Reina.

Y, todo junto, significa que el grupo debe superarse a si mismo cada día. Es cuestión de trabajar día a día, y hay mucho margen por delante.