Las jugadoras del Avarca de Menorca, ayer por la noche celebrando el último y decisivo punto en el Pavelló ante IBSA | Kika Triay

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Sufrió de lo lindo el Avarca de Menorca para superar 3-0 al IBSA Gran Canaria del temperamental Sergio Camarero pero consiguió su objetivo y tiene en sus manos la presencia en la Copa de la Reina, que se la jugará en Extremadura la próxima semana. Depende de sí mismo, e incluso una derrota combinada le daría el billete. Cuando uno busca una meta, la lucha y la perseverancia deben ser dos condiciones indispensables. Ayer el Avarca mostró estos adjetivos y algunos más para estar en la Copa de la Reina de Las Palmas. El público respondió con la mejor entrada de la temporada y ayudó a conseguir un triunfo más que sufrido ante un excelente rival. Fue un 3-0, pero vaya partidazo. El equipo de Llorens fue por detrás en todos los sets y los consiguió remontar a base de carácter y como no, de talento. No sobresalió ninguna jugadora, pero en los momentos importantes, ahí estuvieron todas. Gran victoria y la presencia en la Copa que ya se toca con los dedos.

Sufrió mucho el Avarca en el primer set. Hasta que no entró en juego su mejor arma, el bloqueo, el equipo de Llorens fue por detrás en el marcador. 0-3 de inicio, con nervios, juego poco vistoso y demasiados errores por ambas partes. La deficiente recepción del IBSA permitió al Avarca igualar el choque (6-6). Poco acertadas en el remate –solo Brun lo consiguió– el punto de inflexión estuvo en el 9-11. Llorens, enojado, pidió tiempo muerto y el Avarca empezó a funcionar. Dos bloqueos seguidos pusieron por primera vez por delante al Avarca (12-11). Cano acertó en el punto más largo y el Avarca con un 7-0 se fue 16-11, en plena progresión. Logró acortar distancias IBSA bloqueando y defendiendo mejor para entrar en el último tramo con igualdad (22-21). Ahí se sucedieron los puntos de forma alterna hasta que Brun a la contra sentenció el set (27-25).

La presión por el obligado triunfo tal vez no dejó soltar al Avarca todo su potencial. El rival, de nuevo por delante, y Bep Llorens teniendo que arengar y corregir constantemente a sus jugadoras. Jugadas largas y ánimos desde la grada, porque el Avarca sufría e iba por detrás en el marcador (6-8). Llorens no lo veía claro y paró el partido con un inquietante 7-11, que se pudo corregir con coraje, lucha y algo de suerte (13-13). De nuevo el punto de inflexión estuvo en los bloqueos. Dos, más un error en el servicio canario estiraron el partido a favor del Avarca (16-13). Pero el carácter exigente de Camarero llevó a sus jugadoras a pelear cada punto como si de una final se tratara. Los técnicos pararon el partido porque un error a esas alturas (22-21) se pagaba muy caro. Se desaprovechó un set-ball, se salvó uno en contra y Gómez remató (27-25). Segundo set en el bolsillo y todos más tranquilos. Los pequeños detalles decidieron.


Igualdad máxima

Pareció empezar el tercer set con más calma, hasta que el excéntrico Camarero protestó cada punto perdido por su equipo en el Pavelló. Al final, vio la cartulina amarilla ante el delirio de la afición. En el parquet, Dos Santos mantenía a su equipo (8-8). De nuevo, máxima intensidad. Nadie cedía un instante. Ningún balón por perdido y solo algún error o acierto decantaban los puntos. Y otra remontada, con objetivo cumplido. Por lo menos el partido este en cuestión. Ahora espera Extremadura.