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Las condiciones climatológicas invernales incrementan el riesgo de padecer determinadas dolencias oculares como la conjuntivitis, el síndrome del ojo seco y pequeñas irritaciones, úlceras o infecciones. El desencadenante más habitual de este tipo de problemas es la sequedad ambiental.

El clima más frío y seco de los meses invernales puede provocar una lubricación deficiente en el ojo que se manifiesta en síntomas como visión borrosa, picazón y ardor, que se incrementan aún más con la presencia de viento. En los espacios interiores, el uso de la calefacción también incide incrementando la sequedad ambiental.

Otro factor de riesgo es la exposición a la radiación utravioleta, mayor en estos meses, ya que el Sol se sitúa más bajo y a un ángulo diferente, por lo que los oftalmólogos inciden en la importancia de utilizar gafas de sol también en invierno.

Las precauciones con la radiación ultravioleta han de ser mayores en el caso de quienes practican deportes de invierno, ya que la nieve refleja más del ochenta por ciento de la luz solar, incluida la radiación ultravioleta, que aumenta un diez por ciento por cada mil metros extra de altura. La sobreexposición produce la irritación intensa de la superficie de la córnea y de la conjuntiva y pueden producirse pequeñas úlceras corneales.

Para evitar que el invierno pase factura a nuestra salud ocular, el Dr. Fernando Llovet, Director Médico de Clínica Baviera, recomienda una serie de pautas:

Si notamos ardor, cansancio o tenemos sensación de cuerpo extraño en el ojo, es recomendable utilizar lágrima artificial y garantizar así una buena lubricación.

El viento arrastra pequeñas partículas que pueden adherirse a la córnea o a la conjuntiva, con el consiguiente lagrimeo, enrojecimiento y sensación de arenilla en el ojo.  En estos casos, resulta fundamental no frotar el ojo y lavarlo con suero fisiológico o lágrimas artificiales, o en su defecto con agua.

Utilizar gafas de sol. Además de prevenir el daño provocado por la radiación ultravioleta, evitará la entrada de cuerpos extraños en el ojo en los días ventosos.

Supervisar las calefacciones en casa y en el espacio de trabajo, ya que disminuyen la humedad del aire. En el caso de que ésta sea muy baja y sentir sequedad ocular, utilizar humidificadores o también lágrimas artificiales.

Parpadear con más frecuencia, especialmente al concentrarse en una tarea visual compleja como las que se realizan frente al ordenador, para incentivar la producción de lágrima natural.

Por último, el Dr. Fernando Llovet recomienda que en el caso de que cualquiera de los síntomas persista y no se solucione de la manera indicada, se acuda al oftalmólogo para evitar que aparezca una afección de mayor gravedad.

Clínica Baviera

Clínica Baviera es una institución médica española especializada en oftalmología, que, con 70 centros, está presente en varios países europeos (España, Alemania, Austria, e Italia). Fundada hace más de 25 años, la calidad asistencial, la mejora permanente de resultados y la incorporación de las técnicas más novedosas y solventes han sido su razón de ser.

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