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Cuenta Nuria Teruel (Valencia, 1961) que el mar le entró por los ojos manchándole de azul los blancos, por su piel y su garganta, haciéndole desear, por tanto, lo salado. En agosto de 2009, -prosigue-, saltó la chispa de la inspiración. Hoy el resultado de este nuevo trabajo se expone en la galería Encant de Maó. La fuerza emotiva de una colección de acuarelas sobre papel esculpe el proyecto "La mar de paper". Una obra sin tiempo, acompasada por el no silencio y la belleza de los elementos naturales reconvertidos en abstracción. Pura esencia dibujada con mayor énfasis en azul y rojo.

Agradecida por vivir la inmensidad del horizonte, Teruel diferencia la travesía en cinco bloques donde recala un cielo y un mar que argumenta en vertical porque "caen en la añoranza del que se queda, porque imagino vertical el deseo del que no ha visto o hace tiempo que no siente el mar"; una barca de madera pesada en tierra y ligera en el agua; una tierra alzada en esfera y marcada por las rutas de millones de embarcaciones que han surcado los mares; una vidriera de la espera como lugar de consuelo en el que pedir, rogar y agradecer; y por supuesto los mares como grandes tapices suaves que "llegan a tierra con dulces playas".
Trazos geométricos y caligráficos despiertan un mundo de sensaciones. Secuencias, piezas devueltas por los océanos, papel moldeado sin complejos.

Teruel, -ingeniera de profesión-, lo dejó todo por el arte. Amante de los impulsos, la pintura le permite pasar de las normas impuestas. Su gesto es emocional, rápido y sincero. Crea formas con los cinco sentidos. Líneas dinámicas compuestas por una acuarela envidiable. De estilo y expresión rotunda contagia la energía de un mar que fluye por sus venas.

"La mar de paper" de Nuria Teruel.
En la galería Encant de Maó hasta el 28 de junio