Una pregunta, professor

Su nombre es Jorge Mario Pedro Vargas Llosa y nació en Arequipa, Perú, en marzo de 1936. Posee, amén de la nacionalidad que le es propia, la española. Su obra, de una extraordinaria importancia, ha sido galardonada con múltiples premios, entre los que cabría destacar el Premio Cervantes, que le fue concedido en 1994. Es autor, entre otras, de obras tan relevantes como La casa verde (1965), La Catedral (1970), Pantaleón y las visitadoras (1973), La tía Julia y el escribidor (1977), La Guerra del Fin del Mundo (1981), La fiesta del Chivo (2000), El paraíso en la otra esquina (2003) y Travesuras de la niña mala (2006). No obstante, quizás sea su novela más representativa, y con la que se daría realmente a conocer, La ciudad y los perros (1963), ya que en ella se hallan algunos de los temas y preocupaciones que se convertirán en una constante de su obra: la denuncia de la brutalidad del ser humano, la violencia, la injusticia, los pactos de silencio y la dificultad que tiene, en ocasiones, el hombre, para salir airoso de esas situaciones, sin prostituirse a su vez. El "Nobel" del 2010 se le ha concedido, literalmente, "por su cartografía de las estructuras del poder y su imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota". Lo importante de un autor son, siempre, sus palabras. Nada mejor que reproducir, pues, aquí, un breve texto para que lo leas. Es un fragmento, precisamente, de La ciudad y los perros y en el que el protagonista personifica, exactamente, las tres características a las que hace referencia el fallo del jurado del Nobel. En él, Arana, víctima de la brutalidad constante de los hombres, de las vejaciones a las que ha sido sometido desde su niñez, no encontrará otra salida a su situación que la de cometer un acto indecoroso: delatar a un compañero. Es la derrota de un individuo, tras una rebelión previa inútil y una resistencia ya inaguantable: "Ahora ya no tenía esperanza; nunca sería como el Jaguar, que se imponía por la violencia, ni siquiera como Alberto, que podía desdoblarse y disimular para que los otros no hicieran de él una víctima. A él lo conocían de inmediato, tal como era, sin defensa, débil, un esclavo. Sólo la libertad le interesaba ahora (…) Levantó la mano y dio tres golpes a la puerta". Tres golpes a la puerta que implican la realización de ese acto indecoroso, como última salida a su permanente desesperación…

Un autor fundamental, pues, de la literatura hispanoamericana y universal. Un autor para leer y "pensar". Un autor que nos invita, a través de todas sus obras, a luchar para que la derrota no sea siempre el destino de quienes, tras aguantar lo indecible, deciden finalmente rebelarse….

Profesor de Lengua
y Literatura Españolas y del taller de teatro
Ies Joan Ramis i Ramis