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Roser Seguí Orfila, copropietaria de la Llibreria Pau de Ciutadella, sitúa el inicio de su biblioteca familiar cuando su matrimonio con Pere Marquès Juaneda. Siendo ambos solteros, poseían sendos ejemplares de las obras completas de Ángel Ruiz y Pablo, pero estos libros les "desaparecieron" ("A lo mejor -explica- porque lo has prestado a algún amigo y..."). Total, que al casarse y formar su hogar decidieron adquirir de nuevo un tercer volumen de la obra de este escritor menorquín. Roser Seguí no especifica la cantidad de títulos que integran hoy la biblioteca particular, si bien aporta el dato de que "por falta de espacio muchos los tenemos guardados en cajas". Queda claro en cualquier caso que Roser Seguí y Pere Marquès viven rodeados de libros, en casa y obviamente en el trabajo.

A Roser Seguí los libros la acompañan desde muy pequeña. Siendo alumna del Colegio de Nuestra Señora de la Consolación, en su primera sede de la calle de Ses Andrones, fue la encargada de la biblioteca que se organizó en el aula de su curso; los libros los reunían las propias compañeras de clase. "Entre mis primeras lecturas -recuerda- había "Trencitas" y "Corazón de cristal", unas novelitas infantiles".

"Cavall Fort"
El compromiso y su firme implicación con el movimiento escultista de Menorca, en sus años adolescentes y juveniles, mantuvieron a Roser Seguí ligada a los libros, a la literatura infantil y juvenil, y despertaron asimismo su posterior interés por la pedagogía y la psicología. Aún hoy entra en su casa "Cavall Fort", la veterana revista catalana a la que se suscribieron ella y su marido al contraer matrimonio. Sus cuatro hijos también son o han sido fieles lectores de esta prestigiosa publicación.En la biblioteca de Roser Seguí predominan las novelas, su género literario preferido, obras que sin embargo se suman en las estanterías a los libros de poesía y teatro. Hubo una época en que leyó bastante teatro. Y confiesa también Seguí que siempre ha manifestado especial interés por los libros para niños que contengan muchas ilustraciones, quizá por el deseo de que cumplan mejor su función pedagógica. Las novelas, por otra parte, cuentan con la compañía relevante de las memorias de Francesc de Borja Moll, de unas ediciones antiguas sobre la historia de España o de la Enciclopedia Espasa, heredada de una abuela que fue maestra.

Variada muestra de autores
El listado de autores predilectos no es extenso pero sí muy significativo de las preferencias literarias de la librera Roser Seguí. Menciona en primer lugar a Umberto Eco con su obra "El nombre de la rosa"; y prosigue con los nombres de Patrick Süskind, autor de "El perfume"; Kressmann Taylor, creador de "Adreça desconeguda" ("este libro me ha impactado", dice); Jean Giono, que ha escrito "L'home que plantava arbres"; Christian Jacq, por "Tutankamón" (nuevo paréntesis para indicar que ha viajado dos veces a Egipto; y paréntesis por mi parte al quedar con la duda, pues no se lo pregunté, de si ha leído la trilogía "El juez de Egipto" de este novelista francés que conforman los títulos "La pirámide asesinada", "La ley del desierto" y "La justicia del visir"); Ildefonso Falcones por "L'església del mar"; Carlos Ruiz Zafón, de quien destaca "La sombra del viento", una obra que contiene "misterio, aventura, amor y traición"; Ken Follett por "Los pilares de la Tierra". Cita igualmente al escritor sueco Stieg Larsson y cinco narradores menorquines: Maite Salord, Ponç Pons, Pau Faner (le gustó especialmente "La núvia del vent"), Josep Maria Quintana (por "Els Nikolaidis") y Joan Pons.

Partidaria del papel
Roser Seguí se halla integrada en el grupo de lectura "La plaça de les lletres", que se reúne mensualmente en la Casa de Cultura de Ciutadella. "Els convidats", de Emili Teixidor, es la última obra que ha sido objeto de estudio y comentario. Seguí se toma la lectura con mucha clama y para disfrutar plenamente procura leer cuando tiene la certeza de que puede disponer de varias horas libres, sin otras ocupaciones que le distraigan. Y como lee sin prisa alguna, afirma que, una vez leídas y disfrutadas, descarta volver a leer posteriormente las obras.El libro electrónico, por último, no le despierta ilusión alguna: "Soy partidaria del papel. Cuando entro cada mañana en la librería, me encanta el olor que desprenden los miles de libros". Y más si los volúmenes aguardan, pacientes o impacientes, a ser estrenados por los lectores.


IMPULSORA DE LA FIESTA DEL LIBRO EN CIUTADELLA
En noviembre próximo se cumplirán los 27 años de la apertura de la Llibreria Pau. Roser Seguí relata cómo puso en marcha este comercio cultural. El origen lo sitúa en un lote de atractivos libros infantiles que le regaló un buen amigo suyo, el arquitecto Josep Maria Martorell. Eran unos libros de La Galera, editorial catalana con la que más adelante contactó para distribuir sus títulos entre las librerías de Ciutadella. En aquellos años Seguí regentaba una tienda de artículos deportivos en la calle Sant Miquel, pero su vinculación con el escultismo despertó en ella un creciente interés por los libros.

A partir de la positiva experiencia con los volúmenes de La Galera, Seguí incrementó su actividad distribuidora entre las diversas librerías de la ciudad. Visitó asimismo varias ferias de libros que se organizaban en la Península. Y como llegó a contar con un importante fondo bibliográfico con las obras que no se despachaban en las librerías, un buen día decidió abrir su propia librería en la calle 9 de Juliol. Al cabo de unos pocos años, Pere Marquès dejó incluso su oficio de pintor decorador para involucrarse totalmente en el negocio que había montado su mujer.

Al plantearle la distinción entre librerías y papelerías, Roser Seguí coincide con el firmante en que librerías-librerías en Menorca apenas hay media docena. Asegura no obstante que los comerciantes que integran el gremio de libreros en Ciutadella mantienen una relación cordial, prueba de ello es que en la Festa del Llibre de este año aprovecharon incluso para organizar un almuerzo del colectivo.

A propósito de la Festa del Llibre, cabe reseñar que fue precisamente Roser Seguí quien impulsó la reimplantación de esta convocatoria cultural en Ciutadella. Todavía no había inaugurado la Llibreria Pau y como distribuidora solo había organizado algunas exposiciones de libros, una de ellas en la escuela infantil Es Poriol. "A finales de los años setenta, cuando el primer Ayuntamiento democrático, fui a presentarle la propuesta a Emilia Mercadal, la maestra que ejercía como concejal responsable de cultura. Mi iniciativa tuvo su apoyo total y, para mayor satisfacción, la verdad es que hubo igualmente una decidida implicación por parte de los centros docentes".