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P ara quien recele o juzgue la calidad musical meramente por la edad de sus protagonistas, con Burning Insane lo lleva claro. Estos jóvenes menorquines, de entre 18 y 20 años, rompen los esquemas a cualquiera. Biel Pascual (bajo), Toni Serrano (batería), Rubén Pons (voz) y Llàtzer Criado (guitarra) son artífices de un sonido potente para paladares del metal. Un proyecto que comenzó hace dos años, entre Rubén y Llàtzer, a quienes unió el mundo del "skate".
La travesía musical de Burning Insane es rápida. Letras propias en inglés porque "es el idioma que siempre hemos escuchado musicalmente y que dota de internacionalidad nuestro trabajo". Como digo, composiciones originales con las que hace apenas medio año registraron una maqueta previa y que próximamente reunirán en el que será su primer disco, "Last man on Earth", marcado por la temática apocalíptica.

"Somos un grupo de amigos que disfrutamos con la música pero que a su vez queremos hacer disfrutar al público con nosotros", explica Llàtzer quien es, por así decirlo, el 'cerebro' tecnológico de la banda, y en especial de la fase de auto producción del álbum. En total suman 11 temas como: "Doom", "Asylum" o "Way of life" que califican de "brutales".

Biel, Toni, Rubén y Llàtzer tienen en común -de una manera u otra- el metal. Algunos se sienten más "heavies" que otros, pero coinciden en que ofrecen una combinación entre death metal y deathcore a la que, por supuesto, está poco acostumbrado el público menorquín. "Es un sonido que en Estados Unidos arrasa y aquí tenemos problemas a la hora de organizar conciertos porque no se trata de una música comercial, por lo que recibimos menos apoyo", lamentan los músicos que no dudan en hacer un llamamiento a la Administración para que todos los géneros tengan cabida en las programaciones de verano. Cabe decir, que el próximo día 22 actuarán en la Explanada de Es Castell con motivo de las fiestas patronales.

Burning Insane comenzó haciendo "covers" de grupos del estilo de Suicide Silence. Ensayan una vez por semana en los locales municipales de Es Castell. Sus movimientos sobre el escenario mejoran a pasos agigantados, al igual que su técnica musical. por cierto, nada fácil. "Queremos darle las gracias a todos nuestros seguidores por estar ahí, esa es nuestra mayor recompensa", dicen. Su público es heterogéneo. Los heavies cuarentones de toda la vida se entremezclan con las nuevas generaciones del metal. Su casta musical no es para menos. Tarea mucho más sencilla, como es el caso, si has crecido escuchando a Pink Floyd, Judas Priest, Iron Maiden o Megadeth. Su perfil facebook suma adeptos por momentos.