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A Diego Petrus Tejedor, 79 años de edad, le pasa lo que a muchos jubilados: le falta tiempo, necesita más horas, para atender adecuadamente el amplio campo de las aficiones que cultiva. Y se sincera y reconoce que hoy por hoy no dispone del tiempo suficiente que exige la lectura. Por supuesto que lee, pero es plenamente consciente de que leería mucho más si otras actividades no le ocuparan la práctica totalidad de la jornada cotidiana. "Necesito disponer de más horas para poder invertirlas bien en la lectura. Mi dedicación a diversos menesteres me absorbe hoy mucho tiempo y la lectura es la gran perjudicada".

INQUIETUD POR APRENDER
El espíritu inquieto y las permanentes ganas de aprender de Diego Petrus, quien fuera el primer presidente de la Asociación de Comerciantes de Menorca (ASCOME), se manifiestan por ejemplo en su interés por la historia y la cultura de esta tierra, en su indudable vocación viajera para conocer mundo, en su fascinación por la arquitectura religiosa, en su amor por la horticultura ("ejerzo de payés en el huerto familiar de Sant Lluís") o en las muchas horas que le roba hoy día el arte fotográfico.


La biblioteca de Petrus es modesta en cantidad, "poseo unos cuatrocientos libros", aunque responde a sus aficiones. Le encantan sobre todo los libros de historia, arte ("conservo varios sobre la obra y técnica de lo más importantes pintores"), construcción, arqueología, fotografía y arquitectura ("me maravilla cuanto hace referencia a las catedrales"). En la biblioteca figuran asimismo guías turísticas y libros adquiridos en museos. "Uno sobre los dibujos de Rembrandt lo conseguí en un viaje a Amsterdam, es una edición española con un precio muy asequible". Guarda igualmente informes, artículos y revistas sobre los problemas del comercio, su dedicación profesional durante tantísimos años.

NOVELA HISTÓRICA
De la literatura solo le llama la atención la novela histórica; la pura ficción, no. Ha leído "Los pilares de la Tierra" y "La catedral del mar". Y deja claro que "el futuro no me interesa, ya soy muy mayor". Para explicar el pragmatismo de Petrus valga decir que no pierde el tiempo por ejemplo con obras del tipo odiseas en el espacio. Y tampoco se fija en la autoría, en los nombres de los escritores. Para él lo importante son las temáticas, los contenidos de una obra. Por tanto, a lo largo de la conversación solo anota dos nombres: Josep Maria Quintana, a quien elogia por "Els Nikolaidis"; y Pau Faner, de quien ha leído varios libros y considera que es un escritor "muy imaginativo aunque, para mí, demasiado reiterativo".

Al primer presidente de ASCOME le gustan los libros de historia,
arte, construcción, arqueología y en especial los
de arquitectura religiosa. "Mi dedicación a varios
menesteres me absorbe demasiado tiempo"

CAMINO DE SANTIAGO
Aunque no citó títulos concretos, doy por sentado que la literatura de viajes debe ser otra de las preferencias de Diego Petrus. Cuando tenía 72 años, se atrevió junto con dos amigos de la infancia con el camino de Santiago. "Fue una experiencia maravillosa, salimos desde Roncesvalles y la caminata duró 29 días. Mi motivación para recorrer el camino era eminentemente cultural y deportiva. Cuando concluyes la aventura te das cuenta de su fuerza transformadora, el camino de Santiago marca sin duda un antes y un después en los peregrinos". Petrus habla con gran entusiasmo sobre la ruta jacobea. Desconozco si ha leído, y en caso negativo me atrevo a sugerirle su lectura, "El desvío a Santiago", de Cees Nooteboom. En este volumen publicado por el Círculo de Lectores en 1994, el autor neerlandés que pasa largas temporadas en su casa de Menorca reúne una serie de capítulos escritos entre 1981 y 1992 en los que narra sus viajes por España. Es un volumen que, en mi opinión, hay que leer despacio para no perderse puesto que contiene una enorme cantidad de datos históricos, unos detalles muy minuciosos y unas apreciaciones sumamente interesantes. Además, Nooteboom exhibe una notable erudición sin aburrir al lector, lo cual siempre es de agradecer.

Internet y viajes. De todos modos, Diego Petrus cuida de su biblioteca, que mantiene bien ordenada y suele incrementarse como mínimo con una docena de títulos cada año. "Además, los Reyes Magos acostumbran a ser generosos conmigo".



Una vida profesional dedicada al comercio
Casado y padre de cuatro hijos, Diego Petrus heredó de sus progenitores La Perla, en el Carrer Nou de Maó, comercio que había sido adquirido en 1941. Esta tienda, que en la actualidad regenta una de sus hijas, se ha trasladado este año a la plaza Colón, donde desde 1975 mantiene su actividad comercial otro establecimiento: Jovent.

Diego Petrus ha ostentado la presidencia de la Asociación de Comerciantes de Menorca durante casi veinte años, de 1979 a 1998. Desde su experiencia como veterano empresario del sector indica que la comercialización del producto ha sufrido una transformación brutal. "El pequeño comercio -añade- tiene su futuro seriamente amenazado. El gran capital ha comprobado que es más negocio vender que fabricar y de ahí la proliferación de las grandes superficies comerciales, lo que va en detrimento de los pequeños establecimientos. En Menorca, los empresarios Domingo Marqués y Antonio Palliser advirtieron muy pronto la estrategia de ese gran capital y supieron reaccionar a tiempo; hoy, como es bien sabido, son dos de las empresas punteras de la economía menorquina".

Petrus dedicó toda su vida al comercio hasta que a los 66 años de edad optó por jubilarse. "Me retiré porque no estaba dispuesto a asumir la informatización de la contabilidad de nuestro negocio", precisa con un punto de ironía. Han transcurrido ya trece años y, paradójicamente, hoy posee correo electrónico y se desenvuelve con gran soltura frente al ordenador gracias a su entusiasta dedicación a la fotografía digital.

Se estrenó como alumno del Colegio Fontirroig a los 7 años de edad. Al ingresar "ya sabía leer y escribir gracias a la labor de un tío mío que era maestro". Recuerda que en su etapa adolescente leía las novelas del Coyote y lamenta que no pudiera realizar estudios superiores, un vacío que sin embargo ha rellenado con creces a partir de la jubilación, hasta tal punto que una queja constante es la falta de tiempo para atender sus múltiples ocupaciones. En cierto modo ha hecho caso al consejo de un amigo suyo que en su día le advirtió: "Búscate un trabajo antes de jubilarte porque en casa serás un estorbo". La jornada de 24 horas se le queda corta.

Desde joven siempre le interesó la historia, la arqueología y la fotografía. Practica el tenis desde 1970 y el día de nuestra entrevista -27 de junio- hacía apenas media hora que había disputado su partido de los lunes. Es amante de la horticultura y, sobre todo, no descuida su formación cultural. Durante tres años acudió a la Escola d'Adults con un propósito esencial: el estudio de la historia de Menorca y de la lengua catalana. A propósito del catalán, confiesa que es un fiel lector de Josep Maria Espinàs: "Los dos somos buenos caminantes y me gusta su prosa, ya que me resulta muy didáctica de cara al conocimiento y utilización de la lengua materna". Petrus ha sido alumno también del curso de fotografía que imparte el médico José Francisco Quadrado en el Ateneo de Maó.

Este año Petrus ha asistido al curso de arte y cultura organizado por la caja de ahorros Sa Nostra: ha sido uno de los 180 alumnos, en su mayoría personas jubiladas. Participó en el viaje de fin de curso y, si no entendí mal, de su visita a Berlín se trajo en su cámara digital unas seiscientas imágenes. (Cuando se publique este reportaje es posible que ya haya salido en las páginas de este diario su crónica del viaje a Berlín). Diego Petrus no para. Seguro que ya está planificando su próximo viaje.