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Priamo Pinna (1980) persigue un futuro, una esperanza a través de la infancia. La historia del escritor sardo Gavino Ledda inspira el proyecto de este italiano que reside en la Isla desde hace poco más de un año. "La complicada situación actual de Europa me ha llevado a vivir en varios sitios del mundo", señala. Las islas de Santo Tomé y Príncipe, en la costa de Gabón, o más recientemente el País Vasco francés, en Biarritz, han sido refugio para él y su familia. "Intento hallar una manera sencilla para darle la mejor educación a mi hijo y a la vez continuar formándome como artista", dice.

Su profesor de antropología en la Academia de Bellas Artes de Nápoles le empujó hace unos años a seguir su tesis con el análisis en profundidad acerca de la vida y obra de Gavino Ledda. La autobiografía, relatada en la novela "Padre Padrone" (llevada al cine por los hermanos Taviani), en la que un joven pastor se libera de la tiranía de su padre que lo arrancó de la escuela, y cómo luego éste logra llegar a lingüista y escritor es el comienzo de un hilo artístico desde el que Pinna trabaja a través de la pureza de un niño. Realiza su primera exposición al respecto en el patio de la misma Academia, con la representación de las 19 ovejas de Gavino Ledda, el mínimo -dice- "que necesitaba una familia para sobrevivir". Y así lo dispuso en un corral, a modo de nube, para evocar la idea de libertad. Desde entonces la extensión de su obra se ha sucedido en diferentes formatos y materiales, aunque principalmente sobre papel tratado a través del que busca la semejanza a la piel de los borregos. "Hoy el niño nace en un contexto en el que no le es posible coger consciencia, la estructura patriarcal le impide ser un hombre libre. Si un niño no tiene infancia el hombre se queda prisionero", apunta.


Para Pinna su producción es una gran creación que nunca acaba. En todo su colorido reside la esperanza. "El arte es una terapia", argumenta, y añade, "si el artista no tiene nada que arreglar en su vida casi no hay obra".

El dibujo a lápiz, el grabado o la pintura en técnica mixta son su modo de expresión. Actualmente expone en la muestra colectiva de la galería Encant de Maó, donde queda latente su representación del "padre" y la "madre" inspirados en los "betiles" del campo de Cerdeña; y la figura del "hijo" (el retrato del individuo de hoy) que simboliza con un cocodrilo de múltiples cabezas. "El producto de la sociedad es un hijo competitivo y agresivo", acaba.