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En un momento dado entre los miembros de un grupo siempre hay alguien que siente la necesidad de emprender proyecto en solitario. ¿El cuerpo le pedía publicar el álbum "Nada lógico" (2010)?
Fue algo que nos pilló a todos a la vez. El Canto del Loco venía de un periodo con mucha gente alrededor queriendo chupar del bote, por así decirlo, y estábamos un poco hartos de ese ambiente donde se nos decía que teníamos que vender tantos discos, hacer tantos conciertos... No nos hacía mucha gracia lo que pasaba, así que decidimos que lo mejor era separarnos y aparcar un proyecto con el que llevábamos doce años para comenzar por separado y convivir y aprender de otros músicos y otra gente.

¿Es pues la saturación que produce en ustedes la industria musical la que le permite "parir" este disco?
Tampoco es gracias a eso porque se mezclaron varios factores. Mi principal motivación para llevar a cabo el proyecto fue las ganas de cantar. Me apetecía editar algo con las canciones que llevaba haciendo desde hace años. Ese fue el motor definitivo del disco.

¿Esperaba tan grata acogida por parte del público?
No espero nada, cada concierto o cada single que sacamos es como un proyecto nuevo y hay que lucharlo a tope. Si te crees que por haber hecho algunos conciertos o sonado alguna de tus canciones en la radio ya lo tienes todo hecho, estás muy confundido. No hay que dejar de trabajar y de mover el proyecto a través de redes sociales y entrevistas. No hay que hacer el vago.

¿Cuántos conciertos lleva con "Nada lógico"?
Más de 120.

Deja el ritmo frenético de El Canto del Loco pero tampoco parece que como El Pescao la cosa afloje mucho.
La verdad es que no es tan frenético a nivel de público, pues la cifra de asistencia no tiene nada que ver con el número de gente que nos venían a ver con El Canto del Loco, pero a nivel de dedicación de esfuerzo y de días de trabajo el ritmo es muy parecido. Lo que sí que noto es mucho menos estrés por todo lo que lo rodea. Lo hacemos en casa, no hay mánager y todo es muy familiar. Las cosas salen de una manera sana y natural sin una industria discográfica que esté imponiendo sus cifras.

¿Le ha sido difícil desmarcarse de El Canto del Loco?
Tampoco he buscado desmarcarme. Muchísimas canciones de El Canto del Loco que han sido número 1 las he compuesto yo y me encantan, las llevo con mucho orgullo y será así toda mi vida. Pero por supuesto que este es otro proyecto diferente y, como tal, a mí me gusta que respire otro aire. La voz y la estética es otra. La gente lo diferencia. Hay gente a la que les gustaba El Canto del Loco y le encanta El Pescao, y gente a la que no le gustaba nada El Canto y le gusta El Pescao.

De hecho su nombre artístico es el título de una de las canciones de El Canto del Loco.
Sí, es un tema que cantaba en los directos y que el público comenzó a identificar conmigo. La verdad es que no me lo pusieron muy difícil a la hora de optar por El Pescao.

¿Qué inspira las letras de su álbum?
Muchas cosas, es difícil concretar. Cada letra circula en un momento diferente, en una visión que me puedo haber inventado y que podría pasar, o no ... Pero son letras positivas que hablan del amor, la ilusión, la rutina, de no seguir las normas y de cómo enfocar la vida según mi punto de vista.

¿Está harto de que le pregunten si son autobiográficas?
No, tampoco me lo preguntan demasiado. Algunas sí que están inspiradas en mí y otras en otras personas.

Comienza a vivir la música desde muy pequeño.
La verdad es que la siento desde muy pequeño, me quedaba pasmado con ella. Era como una especie de atracción fatal, sobre todo con la música en directo.

¿Cuáles son sus influencias musicales?
Escucho de todo. Lo que más me gusta es el pop pero puedo escuchar desde canciones brasileñas, a Frank Sinatra, indie, música comercial, electrónica... Me gusta todo.

Usted me habla de lo que llevaría en su iPod.
Sí, pero si tengo una influencia clara sería el grunge, la música con la que aprendí a tocar la guitarra eléctrica: Green Day, Nirvana, Metallica, Aerosmith, Pearl Jam, Rage Against The Machine ... Es la música que más me ha marcado pero ahora mismo mi influencia va desde Mozart a Sexy Sadie, e incluso grupos de chavales que aunque sean comerciales veo que tienen algún tipo de magia. No tengo ningún tipo de prejuicio.

Es la primera vez que va a actuar en Menorca.
Sí, la primera vez que actúo y que voy a la Isla.

¿No ha venido ni de vacaciones?
No, ni de vacaciones. Nada de nada. Conozco Mallorca y Eivissa donde he estado mil veces, pero Menorca no.

¿Le habrán dado buenas referencias de la Isla?
Sí, por supuesto. Tengo muchas referencias y todas super buenas. Casi te diría que Menorca es lo único que me queda de España por conocer.

¿Qué le espera al público menorquín? Porque de sus conciertos se dice que no es un show al uso, que siempre son diferentes.
De un concierto a otro podemos cambiar un montón de cosas. Siempre son diferentes y muy vivos. De repente paramos y comentamos cualquier cosa que nos haya llamado la atención. No hay nada estricto. Buscamos la interacción con el público.

¿Su proyecto como El Pescao le permite saborear la música desde un punto de vista más reflexivo?
Es muy diferente, sobre todo por cantar. Al cantar tu perspectiva, percepción y entrega cambian, esa es la diferencia más brutal. Lo analizas, lo trabajas y te afecta todo mucho más, pero si lo sabes controlar y no te vuelve loco es perfecto.

Como la mayoría de músicos frente a la crisis ¿usted también se sube al carro de vivir de los conciertos ofreciendo un buen directo?
Uno de los grandes errores que se comete en la industria es pensar que se divide en conciertos o descargas. Y hay muchas otras formas de ganarse la vida con la música. Las compañías están entorpeciendo el flujo de la música hacia donde tiene que ir. Los que se tienen que apartar un poco son los intermediarios y dejar a la gente que hace música que sean ellos mismos los que lo moneticen. No hay que estar tan pendiente de si nos piratean o no, o de la ley ésta estúpida que nos intentan colar...

¿Se refiere a la Ley Sinde?
Sí, es un engaño. Lo que quieren es que cada vez tengamos menos libertades y menos poder de actuación. Quieren tener Internet controlado para que no se les vaya de las manos. En un principio la Red les interesaba mucho y, ahora, de repente lo ven como un peligro.

¿Se plantea un nuevo disco?
No pienso en discos sino en canciones. Vamos haciéndolas y editándoles y viendo con quién podemos interactuar. Mi mente está muy abierta a seguir componiendo e ir "colgando" temas y ampliando el proyecto sin la necesidad de buscar inmediatamente un disco. Otra cosa es que luego me apetezca y salga.

¿Cómo animaría al público de Menorca a que vayan a verlo el 4 de abril?
¡Se me da fatal animar! Lo mejor es que venga quien le apetezca y a quien le mole la música que hacemos. Quien quiera ver algo divertido y diferente que se apunte, si no, mejor que no se venga. Me parece lo más sensato. No me gusta engañar a nadie.

Lo que está claro es que le debe hacer especial ilusión actuar en una nueva "plaza".
Sí, y sobre todo también por la oportunidad de conocer la Isla. Estoy seguro de que Menorca me va a encantar. El día antes estaremos en Mallorca. Luego Santander... ¡No paramos!

Recomiende un disco a nuestros lectores.
Más que un disco me gustaría recomendar a un músico argentino, Guillermo Beresñak. Antes tenía un grupo que se llamaba Coiffeur con el que ya hacía cosas interesantes. Es un pop dulce medio electrónico. Lo descubrí hace muy poco. Hay que escucharlo.