TW
0

Manolo G. Acedo cambió Londres por Menorca. Siete años en la "City" dan para mucho, sobre todo en materia cultural. Llegó a la Isla en 2005 en busca de un cambio pero sin desprenderse de las ganas de hacer teatro. Su experiencia le empujó a crear en 2008 un taller de interpretación con un objetivo claro: poner en marcha una compañía con la que experimentar diversos lenguajes y formatos. Meses después nacería La Cutícula, un grupo abierto a la formación y posterior "prueba de fuego", la puesta en escena ante el público.

Actualmente el curso cuenta con una media de 10 alumnos. "La matrícula está abierta todo el año. No hacemos distinción entre niveles, de lo que se trata es de contar con gente que disfrute del teatro", señala Manolo G. Acedo. La Margarete colabora con el grupo, el local de Ciutadella es idóneo para la dinamización cultural. La Cutícula presentará allí su nuevo proyecto. Un espectáculo -y ya van cuatro- de pequeño formato, al compás del "Café-Teatro". Será los días 23 y 24 de este mes a partir de las 22 horas. Una propuesta experimental de varieté bajo la temática de que nada es blanco ni es negro y con la voz alzada hacia los matices de la vida. De entrada libre, abierta al público en general.

Junto a Acedo, las actrices Santi López, Paloma Ruiz, Pilar Martínez y Carolina Junco. Un proyecto coral para el que ultiman el audiovisual con el que, después, interactuarán sobre el escenario.
La Cutícula se sumó al mundo de la interpretación con el corto "Cuerdas", al que un año después le seguiría una insólita performance en el Casino "17 de Gener" y la adaptación del texto dramático de Santiago Moncada "Entre mujeres", el pasado año en La Margarete. Allí mismo tiene lugar el taller de teatro. Todos los lunes de siete a nueve de la tarde. "Son clases abiertas a jóvenes y adultos". Como profesor, Manolo G. Acedo prima la improvisación. "Siempre subrayo a mis alumnos la idea de la escucha en el escenario, es importante escucharse a uno mismo", dice.

No le faltan palabras para la crítica burocrática. "Cuando te topas con la Administración emprender proyectos culturales es más difícil, aun así hay que animar a la gente a que se lance pero no nos vendría mal un empujoncito por su parte. En nuestro caso contamos con la colaboración de La Margarete, pero en general faltan apoyo".