Llabrés, a la derecha, junto a Roberto Maietta, compañero de reparto en «La Traviata» | C.Ll.

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Después de cuatro años sin actuar en su tierra natal, el tenor mahonés Carlos Llabrés Carreras cantará de nuevo en la Isla el próximo 22 de agosto. Será en la parroquia de Santa Eulàlia, en Alaior, y el motivo de la visita la celebración del 25 aniversario de la Coral Canticus. La cita supone no solo el regreso del artista a Menorca, sino también la vuelta del cantante lírico a la actividad, después una etapa de descanso. Así, retorna a un mundo, el de la ópera, en el que desde 2007 lucha por hacerse un hueco. «Es una tarea difícil», reconoce el tenor, quien señala que se trata de un campo al que también le está pasando factura la crisis y en el que la competencia por hacerse con un nombre es altísima.

Llabrès llegó al mundo del canto «por casualidad», tal y como el mismo reconoce. Relata que acompañó a su padre a una prueba para ingresar en un coro, lugar donde le invitaron a participar y descubrieron que tenía cualidades. Así, de la mano de Martina Garriga, profesora del Conservatorio de Maó, comenzó a formarse para después dar el salto a Barcelona (ciudad en la que actualmente reside) y especializarse en harmonía y teoría musical en el Conservatorio del Liceu. Posteriormente llegó incluso a recibir clases particulares con la soprano Monserrat Caballé y se puso a las órdenes del italiano Carlo Bergonzi, fallecido el pasado 25 de julio, y a quien también considera un gran maestro.

Llabrés reconoce que hasta la fecha ha desarrollado una carrera «con sus altos y sus bajos», que le ha llevado a actuar en varias ocasiones fuera de España, un país donde considera que los tiempos no son muy favorables actualmente. No obstante, se encuentra embarcado en una nueva etapa que le ha llevado a fichar por la agencia de representación francesa Cedelle, con la que espera dar un nuevo impulso a su trayectoria a partir del próximo mes de septiembre.