«Por una trayectoria reconocida dentro y fuera de las tierras de habla catalana y por su virtuosismo, acompañada por una consciencia de perfeccionamiento constante y de investigación», destacó el portavoz de la Generalitat al referirse al menorquín.
No podía recibir el galardón en un lugar más apropiado ya que Ramon Coll ocupó la Cátedra de Piano en el Conservatorio Superior de Música del Liceu, donde regresó después de un periplo internacional en el año 1987. «No lo esperaba, de ninguna manera, y este escenario supone un lugar emotivo para recibir la Creu de Sant Jordi», dijo Coll, que en el año 1972 debutó en el Carnegie Hall de Nueva York.
La Generalitat distinguió ayer a un total de 27 personalidades y 15 entidades, entre las que destacaron los médicos Eudald Maideu y Carles Vallbona, la lingüista Teresa Cabré, los actores Joan Pera, Emma Vilarasau y Mercè Sampietro, el director de teatro Lluís Pasqual, la arquitecto Carme Pinós o el empresario Lluís Coromina.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, declaró que «la Creu de Sant Jordi es un acto de justicia que supone el reconocimiento concreto de personas e instituciones por una larga trayectoria de compromiso, dedicación, perseverancia, talento y trabajo bien hecho». El político catalán aseguró que «la ejemplaridad de los valores que representan la Creu de Sant Jordi permitirán afrontar los importantes retos que nos planteamos como país».
Trayectoria musical
Concertista y catedrático de piano, Ramon Coll recibe la distinción de la Generalitat por una sólida trayectoria en el ámbito musical. Ha colaborado como solista con las orquestas más prestigiosas. El menorquín pertenece a una generación que ha sabido transmitir a la cultura pianística de Catalunya las enseñanzas y la experiencia recogida de los grandes maestros europeos.
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