La alcaldesa Conxa Juanola con los invitados Huguet, Sigalés, Maria, Fullola y Mascaró. | Gemma Andreu

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La capacidad de adaptación en contenido y formato sin perder los fines de su creación ha sido la clave de la evolución de la Universidad Internacional de Menorca Illa del Rei, cuyo 20 aniversario se celebró en la tarde de este jueves en un acto institucional en el Ayuntamiento de Maó.

Todos los ponentes saludaron la efemérides con parabienes y la felicitación compartida por un proyecto académico que se ha consolidado y sigue siendo un referente en el panorama cultural de la Isla, según glosó Jaume Mascaró, director del Institut Menorquí d'Estudis.

«El estudio del patrimonio, la preservación del territorio y la gestión de los recursos» siguen siendo tres ejes válidos sobre los que continuar el proyecto de la Uimir, destacó. Un aniversario así se celebra porque se puede mostrar lo realizado, dijo, antes de relatar los inicios de una idea inspirada en las escuelas de verano de universidades, «era un buen reclamo, las primeras ediciones contaron con más de 300 matrículas» y el presupuesto se cubría con las inscripciones y la aportación, sobre todo, del Ayuntamiento de Maó.

Ese modelo duró 14 años, mientras se pudieron ofrecer créditos universitarios de libre configuración. Además del Plan Bolonia, que acabó con esa opción, la crisis y los problemas de organización obligaron al cambio de formato, que en vez de agrupar la actividad en una semana dirigida a estudiantes universitarios la dispersa en distintas fechas del año con oferta acorde a la demanda de un alumnado básicamente local.

Llorenç Huguet, rector de la UIB, recordó aquella fecha de marzo de 1996 en la que en esa misma sala firmó el convenio para la creación dela Uimir con el doctor Caparrós, rector de la Universidad de Barcelona.

El conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria, enmarcó el nacimiento de la Uimir en una etapa de efervescencia universitaria, que coincidió en esos años con Can Salort, la ubicación de la UNED en el Claustre del Carme y la aparición de la UOC, «todo ello porque encontró inquietud entre los responsables políticos» y generó «un modelo útil, viable y exitoso».

Carles Sigalès, vicerrector de la UOC, destacó estas experiencias que «sirven para acercar la universidad a la gente que no tiene acceso a la universidad» y Josep Maria Fullola, actual director de la Uimir, recordó el papel fundamental de sus predecesores Carles Carreras y Antoni Petrus, la colaboración de Josep Miquel Vidal y el apoyo institucional «de una Uimir muy vital», señaló.