Portada del disco, ilustrada con una imagen de Tomàs Rotger

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Pocas bandas en activo cuentan en la Isla con una trayectoria tan larga como Puretones. El grupo liderado por Miquel Plana (voz) está a punto de cumplir ahora 15 años, y lo celebra con un nuevo disco en el mercado, el recientemente publicado «Somnis d'extraradi». Nacido a finales de 2002, y tras haber publicado otros dos álbumes, el proyecto sigue bien vivo, tal y como se pudo comprobar hace un par de semanas en el escenario del Ala Rock, el festival primaveral Alaior.

Lo que un principio nació como una formación pensada para el disfrute de dos músicos con ganas de trabajar juntos, Agustí Canet y Miquel Plana, ha contando a lo largo de los tres últimos lustros con diferentes formaciones, siendo el vocalista el único miembro que queda de la alineación original, que ahora complementan Tony Olmedo (bajo y coros), Oscar Florit (batería) y Sebastià Fèlix (guitarra).

Fieles a su estilo propio, «Somnis d'extraradi» es también un disco autoproducido, grabado a caballo entre estudios de Eivissa y Menorca. «Ha sido un trabajo laborioso», reconoce Plana, una grabación que comenzó en marzo de 2016 y se prolongó hasta principios de este año. «Se podría decir que muchas de las canciones han crecido, si no nacido, en el propio estudio», reconoce el veterano vocalista. «Todo se ha ido retocando a lo largo del proceso de grabación», añade.

Como siempre, la ironía y el humor hacen acto de presencia como sello distinguido de Puretones. Cuando se le pregunta a Plana por el estilo de la banda y cómo éste ha evolucionado a lo largo de los años, responde que «en realidad no sabemos lo que hacemos», bromea, o no, «vamos haciendo y las cosas van saliendo». Lo que hace 15 años empezó como un grupo de rhythm and blues, ha ido evolucionado con el tiempo, «no premeditadamente», aclara el vocalista, hacia una banda que actualmente se enmarca dentro del sonido power-pop.

En lo que se refiere a «Somnis d'extraradi», tema homónimo que abre el disco, es un título con tintes oníricos que hace referencia «a esos sueños que parecen imposibles y la lucha por que se hagan realidad», aclara Plana. Diez temas, ocho en catalán y dos en castellano, todos propios excepto una versión «menorquinizada» del «All along the whatchover» de Bob Dylan, traducida como «Des de dalt des Talaiot».

El álbum supone un nuevo paso en la ya en la dilatada carrera sobre los escenarios de Puretones: «Un disco más elaborado y mucho mejor producido en el estudio», sostiene Plana, quien no esconde las muchas y diferentes fuentes de las que bebe el proyecto musical. «Creo que cada uno de nosotros estamos un poco colgados de la música que oíamos de jóvenes, pero no paramos de buscar y escuchar nuevos grupos y tendencias», concluye Plana. Pasa el tiempo, el sueño sigue vivo y Puretones, en la onda.