Licenciado en Humanidades, su faceta audiovisual es una de las más destacadas. | M.F.

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«Mientras mi hermano pone las piedras de una paret seca, yo colecciono imágenes y las ordeno en el montaje», explica el artista menorquín Macià Florit Campins (Ciutadella, 1990) en el texto del proyecto con el que se ha hecho merecedor de la beca que otorga la Fundació Reynolds.

Su sueño de culminar el trabajo del que será su primer largometraje documental de creación, que lleva por título «El solc», ya está un poco más cerca, después de que ayer por la mañana, en la sede de la entidad cultural en Maó, se hiciera público el nombre del ganador del premio, dotado con 7.500 euros, que cada año otorga para ayudar a tomar impulso a jóvenes artistas de la Isla.

Tal y como explica el propio Florit, el trabajo que tiene actualmente entre manos es una pieza documental sobre «mi hermano y la tradición payesa que me viene por parte de madre, al límite de desaparecer». Es ese campo el que ha llevado al realizador a comenzar a trabajar en «una investigación íntima sobre el impulso de alguien a dedicarse a la tierra», un proyecto que además tiene un importante componente emocional, ya que tal y como argumenta el documental pretende ser también «una reflexión sobre el espejo que es mi hermano para mí, y que filmo desde el otro lado».

«El solc» es un proyecto de largo recorrido, ya que tal y como explica su autor lleva recogiendo material fílmico y visual desde hace algo más de cinco años, «y todavía sigo grabando nuevo material cada vez que piso la Isla», relata. Florit concurrió a la convocatoria de la beca Reynolds con la intención de poder costearse con ella un curso de formación específico. Los conocimientos que adquiera podrían servirle, dice, para «dar sentido, estructura, unidad y forma a todo el material».

Documental de creación

En cuanto al resultado, dice el realizador que apunta a una película, pero no descarta formatos complementarios como una exposición o una instalación artística. Sin embargo, de partida, todo está