Aunque la normativa permite llenar hasta un 75 por ciento del aforo, no se alcanzó esa cifra para garantizar que se cumplieran todas las normas de seguridad | Gemma Andreu

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El camino ha sido largo, casi 15 años, y también tortuoso, pero la espera ha terminado. El Teatre des Born de Ciutadella ha dado ya el primer paso hacia su nuevo futuro. Atrás quedan 145 años de historia, tres reformas y cuatro inauguraciones. La de este viernes fue especialmente emotiva después de, tal y como recordó la alcaldesa Joana Gomila en su discurso, ver cómo el espacio cultural reabría sus puertas tras haber vivido «un largo y a veces complicado proceso que ha durado muchos años, demasiados años», recalcó.

Tras un fallido intento de apertura el pasado marzo por culpa del coronavirus, la luz volvió por fin a brillar de nuevo en el teatro durante una ceremonia marcada por las limitaciones de la pandemia. Arrancó la velada con la proyección de un vídeo titulado «Reviu el Teatre» que repasó la historia del espacio cultural y su evolución en el tiempo, montaje que sirvió como sustituto del espectáculo programado inicialmente para marzo, «Re-Born» (renacido en inglés).

«Nuestra ciudad, y Menorca en general, recupera un equipamiento teatral que va más allá de los valores puramente escenográficos», defendió Gomila. «Recuperamos un trozo vital de la historia y de la identidad de Ciutadella. Un edificio que no es solo un teatro, es un espacio que evoca una densísima historia cultural y social desde hace casi un siglo y medio».

Con la bambalina restaurada como único elemento ornamental que ha logrado resistir el paso del tiempo con los nombres de Calderón, Moratín y Lope de Vega presidiendo, la fiesta de anoche sirvió también para el estreno de un nuevo elemento decorativo, una lámpara diseñada por Joan Gomila, quien ha donado al teatro una luminaria para la que tomó como inspiración la época en que se construyó el teatro.

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