Imagen tomada en 2015 del escritor | EFE

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Aunque pequeño, Menorca ocupa un lugar en la producción literaria de Javier Marías. El escritor, fallecido el pasado domingo, estuvo de visita en la Isla en el verano de 1989, tal y como nos recuerda el articulista de «Es Diari» Manuel Cañas. El que está considerado como uno de los autores esenciales de la literatura contemporánea, miembro de la Real Academia Española y cuyo nombre siempre sonaba en las quinielas para el premio Nobel, pasó unos días en la zona de Fornells que acabaron dejando    huella.

De esa estancia surgió la inspiración para escribir el relato «Mientras ellas duermen», que sirvió también para titular una recopilación de narraciones breves que vio la luz al año siguiente. Tal y como explica la catedrática de Literatura Española Elide Pittatelo en el prólogo en una de las varias ediciones que han visto la luz hasta la fecha, «la historia empieza en una playa de Menorca donde el narrador y su mujer espían divertidos a los bañistas, fijándose especialmente en un cincuentón de aspecto vulgar que todos los días y a todas horas graba con una cámara de vídeo a su joven pareja, de una belleza irreal».

Aunque no demasiadas, en las cerca   de treinta páginas a lo largo de las que se extiende el relato aparecen algunas referencias a elementos puramente menorquines. «Aquí hemos ido de fiesta en fiesta, a las de todos los pueblos, para ver los jinetes», escribe Marías poniendo voz al narrador.

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A la gran pantalla

Pero la historia de «Mientras ellas duermen» traspasó las páginas del libro para convertirse en un guión y llegar a la gran pantalla. El propio autor hablaba de esa transformación en un artículo publicado en «El País Semanal» en julio de 2014. Su relato fue recogido por el realizador norteamericano de origen chino Way Wang, quien con tanto éxito había trasladado al cine con anterioridad dos relatos de Paul Auster en las películas «Smoke» y «Blue in the Face».

«Como es natural, habían alargado la historia; habían llevado la acción de la Menorca del cuento a San Sebastián, bien estaba», explicaba Marías en su artículo, «los personajes españoles eran ahora americanos e ingleses...», reconocía. Al final, por una cuestión de financiación, la acción cambió el escenario original del litoral menorquín por un pequeño pueblo costero nipón.

Con el conocido actor Takeshi Kitano al frente del reparto, el filme se proyectó en 2016 en la sección oficial de la Berlinale y también en el Festival de Sitges.