La celebración se trasladó por la tarde a la Sala de Audiencias del Claustre del Carme | Gemma Andreu

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Una fiesta improvisada pero en el mejor sentido de la palabra, el que le otorga el componente del glosat. La primera edición del Festival de Cant Improvisat ‘Glosa’, que este sábado se desarrolló durante una intensa jornada en Maó, no pudo empezar con mejor pie. La propuesta contó con el respaldo del público, que puso de manifiesto una vez más el buen momento que vive el mundo de la glosa dentro del panorama cultural insular.

Tras un acto de bienvenida que tuvo lugar a primera hora de la mañana en el Ayuntamiento de Maó, el festival arrancó con la actividad bautizada como «Improvisant a les tavernes». Una ruta que pasó por los bares Nou e Infanta, Es Llonguet y la Bodega Victòria, donde respectivamente el protagonismo recayó sobre la glosa menorquina, el cant valencià d’estil, y las improvisaciones mallorquinas y catalanas.

Una propuesta que, desde la organización, resumían con la siguiente frase: «Hay más público que espacio; ha sido un éxito absoluto». Tras un espectacular arranque, el festival se cerró con una cita vespertina en el Claustre del Carme, cuya Sala de Audiencias acogió la Mostra de Glosa para poner el broche a una primera edición de un festival que, aunque la decisión no está tomada, ha hecho méritos para tener una segunda en el futuro.

Una iniciativa fruto de la colaboración entre Soca de Mots y el Ayuntamiento de Maó que nace con la voluntad de apoyar la cultura popular a través de una de las expresiones artísticas más enraizadas en la Isla, que recientemente ha sido declarada como bien de interés cultural inmaterial. Una celebración que para su estreno ha contado con agrupaciones desplazadas desde Mallorca, Catalunya y Valencia.