Tras 28 años de ejercicio de la medicina en Menorca, Alejandro Fernández Alonso combina en sus novelas su pasión por la Isla, su historia, con el paso de distintas culturas, y el mar.

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El Consorcio Militar de Menorca acaba de editar el segundo libro del médico cirujano y apasionado por la historia Alejandro Fernández Alonso. Con el título «Un tratante menorquín; recreación histórica de la trata de seres humanos a principios del siglo XIX», el autor novela, a lo largo de 260 páginas, uno de los hechos más deshonrosos. Es el de la compra, transporte y venta de seres humanos desde África occidental al Caribe español durante los años posteriores al Tratado de Amiens y una vez Menorca fue incorporada, después del periplo británico, a la monarquía española.

Alejandro Fernández Alonso (Oviedo, 1958), especialista en aparato digestivo desde su formación como médico cirujano, ha ejercido en Menorca a lo largo de 28 años, y es desde su incipiente jubilación que se ha dedicado ahora a la actividad de la escritura. Lo hace desde el interés por la historia y su entusiasmo por la Isla, tal y como él mismo manifiesta en el prólogo y queda implícito en el libro.

Es el segundo que publica, tras «Un corsario menorquín; recreación histórica de la Menorca naval y médica de principios del siglo XIX», publicado en 2017, donde combina su afición por el mar y por la historia menorquina de principios del siglo XIX, e incorpora, a la vez, su conocimiento y dedicación a la medicina, con multitud de referencias a médicos, o notas como las primeras vacunas variólicas del continente en Menorca.

La nueva novela es, de hecho, una continuación de la anterior, con las conversaciones entre el marino Pere Marqués y el cirujano Vicenç Murtá. Parte de un importante trabajo de documentación e investigación, recopilando documentos, muchos de los cuales han tenido como fuente la información digitalizada por el Ateneu de Maó de la «Revista de Menorca», publicada nada menos que desde 1888.
Principios del siglo XIX es un periodo crucial de nuestra historia, detalla Alejandro Fernández; con lucha en la Península contra Napoleón, la construcción de astilleros en auge, con más de 100 barcos en la Isla, y el ‘corsarismo’ como modo de vida. A todo ello le sucede el comercio de cereal desde el Mar Negro, hasta que, en 1820, Fernando VII decreta su prohibición. Tuvo como consecuencia el hambre y la consiguiente necesidad de echarse al mar a la aventura, y con ello, a la práctica vergonzosa de dedicarse a comprar, transportar y vender seres humanos desde África occidental al Caribe español, principalmente, Cuba. Todo ello, añade, en un contexto de viajes por el mar con largas distancias y enfermedades propias de la época. Los datos publicados sobre estos hechos son escasos y casi siempre, afirma, aparecen en la bibliografía inglesa -curiosamente o paradójicamente, abolicionista del esclavismo- y con referencias a capturas de barcos ‘negreros’ españoles.

Los viajes empezaban en Menorca, recorrían la costa occidental de África, sobre todo, de Guinea, y cruzaban el Atlántico con destino a Brasil o Cuba. El autor recrea en el libro cuatro de estos viajes, que denomina «triangulares»: cambio de materiales en África por esclavos, transporte de estas personas hasta el Caribe, donde se vendían, y vuelta a Europa con azúcar, ron, melaza, etc.

Catalanes y menorquines eran en aquella época y en aquella zona, explica, quienes más traficaban con esclavos. Una vez los ingleses, con sus colonias ya en la India, y tras años de esclavismo, se convirtieron en los máximos abolicionistas. El tráfico de esclavos al que alude Fernández era una actividad realizada en silencio, de la que ningún país se vanagloriaba, al contrario de lo que ocurría con el ‘corsarismo’, con escasa información sobre ello publicada, reitera.

El hilo de donde tira para este libro parte, según explica, de una nota referida al tráfico de esclavos publicada en la revista «Portum», editada por Empàtic. Esto despertó la curiosidad y el trabajo del autor desde hace año y medio. El libro ve ahora la luz de la mano del fondo de publicaciones culturales del Consorcio Militar de Menorca y con la imprenta de Editorial Menorca. En la primera novela, con un estilo más costumbrista, concentraba una importante densidad de información. En esta continuación consigue narrar con un estilo muy ameno y con excelente documentación uno de los capítulos más bochornosos de nuestra historia.