Feliu, sentada en una terraza, con el Castell de Sant Nicolau al fondo | Familia Vinent Barceló

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Nadie de su entorno recuerda ahora cuándo la cantante y artista Núria Feliu (Barcelona, 1941-2022) pisó por primera vez la Isla. Un territorio por el que siempre sintió una especial predilección, pero cuyos lazos se reforzaron a mediados de la década de los 80 gracias a la amistad que estableció con los Vinent Barceló en Ciutadella. Rememora Pilar, miembro de esa familia, el día que se conocieron mientras cenaban en un restaurante de la calle Seminari. Aquello fue el comienzo de una larga relación durante décadas.

Feliu falleció el año pasado, pero hace veinte que ya trasladó a sus familiares el deseo de que cuando muriera quería que sus cenizas descansasen en diferentes territorios de los Països Catalans. «Núria era muy catalana y consideraba que Catalunya la formaban cuatro partes del territorio», explica su hermano Albert, quien se está encargando de cumplir con sus voluntades.

Feliu tenía varios rincones predilectos en el mundo, y uno de ellos sin duda alguna era Sa Farola. Allí, el próximo sábado, se le rendirá un homenaje y se procederá depositar sus restos en el jardín de la casa en cuya fachada se puede leer la palabra «Claveles». Un chalet propiedad de Pilar Vinent, en el que durante tantas veces se hospedó Feliu y donde ahora crecerá una planta en su memoria.

Cenando con amigos en un restaurante de Ciutadella

«Para ella Menorca era como estar en casa», rememora su hermano, que junto a su esposa y sus dos hijas asistirá al acto de homenaje. Una familia de artistas, como quedará patente. Albert tocará la guitarra y su hija Mireia, que en 2021 ya editó un disco con canciones de su tía («Mireia canta Feliu»), pondrá voz a dos de las composiciones preferidas de Feliu. Por otra parte, otra de sus sobrinas, Eulàlia, que es actriz, recitará algunos poemas.

El acto, que comenzará a las 19 horas en la Placeta de l’Església de Sa Farola, se complementará con una actuación a cargo de Cris Juanico y los parlamentos de algunas personas. También está previsto contar con la presencia de la alcaldesa Joana Gomila. «Será un acto muy bonito, muy sencillo, pero a la vez con mucho contenido y muy sentimental», avanza Albert Feliu.

Relata Pilar Vinent que era una persona muy querida en Sa Farola y muy integrada. De hecho formaba parte de la asociación de vecinos, protagonizó algún que otro recital improvisado  y era habitual verla en verano ir a nadar a los replans. «Se llevaba muy bien con todo el mundo», rememora su amiga.

Por su parte, Mireia define a su tía como «una mujer próxima, muy de pisar la calle; generosa, siempre apoyó a las minorías». Una artista muy conocida «que ha supuesto mucho a muchos niveles, pero a veces tengo la sensación de que la gente se ha quedado con el personaje popular, por eso creo que lo que toca ahora es reivindicar su legado musical», defiende.

Rememora que lo que Núria Feliu hizo en su día «no lo había hecho nadie antes». Se refiere al hecho de cantar en catalán estilos y géneros muy diferentes, como por ejemplo el jazz, los standards americanos, los musicales o los boleros. Un legado que forma parte de «mi ADN musical», confiesa Mireia, que creció escuchando las canciones de su tía en casa: «Nos sabíamos sus discos de memoria».

Icono de la cultura catalana

Concluye la sobrina que «ha sido un icono de la cultura catalana, de la música; y también de muchas luchas, entre ellas la feminista. Fue pionera en muchas cosas». Considera que el papel de Núria en el mundo de la cultura y de las artes todavía está siendo descubierto por algunos, «y eso es lo que estamos intentando explicar la familia».