Una imagen con algoritmos generativos: una obra que imita el estilo del suprematismo

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Una imagen generada por inteligencia artificial gana un concurso de fotografía internacional y el jurado no lo descubre hasta que el autor lo reconoce. La anécdota sirve para hacerse una idea de hasta qué punto la evolución de la técnica hace que «cada vez sea más complicado distinguir lo real de lo ficticio». Así entiende el momento que vivimos Tomeu Fiol,    productor    y director técnico del colectivo iluminaM, del que también es partícipe el artista Kodomos como director artístico y creador digital.

Ambos ofrecieron esta semana en la sala Sant Antoni Maó la conferencia «Art Digital en temps real», un acto enmarcado dentro de las actividades en torno a la exposición que ese espacio acoge actualmente, una antológica de Xavier Jansà, polifacético artista que hace décadas ya comenzó a experimentar con esa técnica.

Un ejemplo de espectáculo de videomapping de iluminaM

Los años han pasado y con ellos  han llegado las mejoras técnicas, pero los acontecimientos se han precipitado de forma vertiginosa en muy poco tiempo dice Kodomos, quien en 2005 ya hacía ilustración digital en la escuela de arte. «Ahora estamos en un momento en el que da la sensación de que es el futuro. Estamos en un nivel revolucionario», explica el responsable junto a Fiol de la mayoría de los espectáculos de videomapping que se han visto en la Isla, el último de ellos su reto de recrear la época talayótica.

Kodomos y Tomeu Fiol, en la Sala Sant Antoni, con las obras de Xavier Jansà de fondo | Gemma Andreu

Ambos hicieron una demostración de la velocidad a la que la técnica les permite trabajar e introdujeron al público en el motor gráfico del momento, Unreal Engine, una herramienta que ha revolucionado el sector. «En el último año y medio he visto cosas que no me las acababa de creer, cuando estaba trabajando decía, esto es magia», relata Kodomos.

Los responsables de iluminaM hablaron en su intervención del arte generativo, ese que utiliza algoritmos a través de un software y crea patrones con fórmulas matemáticas. Una cosa diferente, señalan, son las creaciones ligadas a la inteligencia artificial, que funcionan a través de un banco de imágenes que en muchas ocasiones tienen copyright. Una cuestión que plantea escenarios que en el futuro tendrán que ser regulados de una forma muy seria, defienden ambos.