El documental se presentó este viernes por la noche en Can Victori para celebrar el Día Mundial de los Archivos | Gemma Andreu

TW
1

Hacer cine en Menorca en los 60 y 70 era toda una aventura. Corrían los tiempos del Super 8, cuando cada cinta de ese formato, que costaba algo más de mil pesetas, servía para filmar apenas tres minutos de metraje. Material que había que enviar a Madrid o Barcelona para obtener un revelado que solía tardar al menos unos diez días en regresar, y cuentan que no siempre con el resultado esperado.

En definitiva, toda una aventura artística que no impidió que en Menorca surgiera un movimiento de cine amateur que ahora se recoge en el documental «Enginy, càmera i acció», dirigido por Magda Timoner y que este viernes se estrenó en Can Victori con motivo de la celebración del Día Mundial de los Archivos. El resultado son 60 minutos de metraje que se nutre de entrevistas con los cineastas de aquella época, responsables de los cineforums e historiadores. Todos ellos construyen una radiografía de los comienzos del cine en la Isla en la época del tardofranquismo.

Entre ellos se encuentra Antoni Salvador, una figura relevante en la parte de Ciutadella junto a Josep Antoni Pons Roca, muy ligados ambos a Joventuts Musicals y al cineclub que dicha entidad organizaba. Rememora Salvador cómo en 1973 se creó en una sección de cine amateur en la que se hablaba sobre el séptimo arte desde diferentes perspectivas. Hacer cine entonces, recuerda, «era muy difícil, pero también muy emocionante». Lo dice un director, centrado más en el género documental, que sigue aún cámara en mano.

En Alaior, el movimiento cinematográfico de aquellas décadas está  relacionado con un grupo artístico multidisciplinar denominado Els 7 d’Alo y en el que de alguna forma tomaron las riendas Pere Pons y Jaume Cardona ‘Tanus’. Un proyecto que se inclinó más hacia el género de la ficción y lo experimental que se tradujo en una decena de títulos. «No teníamos medios», rememora Pons, «pero cuando salíamos a grabar vivíamos auténticas aventuras».

El documental incluye un tercer bloque que pone el objetivo en el movimiento artístico de Maó y se centra en la figura de Miquel Seguí. Un profesional del audiovisual que falleció hace unos meses y que  trabajó como técnico de RTVE. Director que dio ya el salto al formato de 16 mm y en cuyos trabajos se podía comprobar sus habilidades en cuestiones estilísticas como los encuadres o el uso de la música.

«Enginy, càmera i acció» hace referencia  a otras figuras claves del cine amateur en la Isla, como fue Agustí Sintes, un artista que a lo largo del tiempo trabajó con cámaras de diferentes formatos y que en 1972 ganó en Catalunya un premio con una película sobre las fiestas de Sant Joan. El documental cuenta también con la participación de Joan Pons Moll, secretario del cineforum del Ateneu de Maó en sus inicios, y Tolo Frau, presidente de los antiguos alumnos de Calós, entidad que en los 80 convocó un exitoso premio de cine documental.

Aportaciones todas ellas que el filme de Timoner quedan hiladas a través de las intervenciones de dos expertos en el cine de la Isla como son los historiadores Miquel López Gual y Carlos Salort.